Honduras

MA
/
17 de noviembre de 2021
/
01:22 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Honduras

¡Liberales! La victoria se construye la derrota también

Escenarios de riesgos/escenarios expectantes

Luis Alonso Maldonado Galeas
General de Brigada ®

Hacer la lectura correcta de la realidad nacional, del entorno regional, continental y mundial, elaborar un marco conceptual y derivar en un escenario situacional racional y científicamente argumentado; es el primer paso para la definición de los escenarios de riesgos y/o los escenarios expectantes. Implica el análisis y valoración de las variables, las circunstancias, los actores y los liderazgos que intervienen en el proceso, con el fin de lograr aproximarse a las conclusiones correctas, fundamento para la toma de decisiones, en el marco de un proceso racional y ético, lo cual es desafío para líderes con perfil de estadistas. Cuando, no obstante, se sigue el mismo procedimiento, pero la apreciación, la visión y la elaboración del escenario, están sesgados a un propósito personal, partidario o sectario; los beneficios son de alcance particular en detrimento del bienestar general, creando una escalada de situaciones adversas, hasta caer en categoría de riesgo total; esto es propio de caudillos, demagogos, politiqueros y dictadores, muchas veces concentrados estos vicios en una misma persona. En nuestro caso, Honduras, ¿quiénes tienen preeminencia y preferencia, los que diseñan escenarios de riesgo o los pocos que elaboran escenarios expectantes?

Cuando en el 2009, fue derrocado por la fuerza el presidente de turno, se había configurado un escenario que apuntaba al continuismo en el poder, mediante la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, que redactara y aprobara una nueva constitución, facilitando en aparente legitimidad, el alcance del objetivo propuesto. Todo desencadenó en una crisis política, de poder, irresponsablemente manejada, violando la Carta Magna por ambos bandos, demostrando la debilidad de las instituciones de balance, creando las condiciones para la división del Partido Liberal de Honduras (baluarte de la democracia), comprometiendo a las Fuerzas Armadas a asumir un rol híbrido (trasfuguismo de la lealtad), aprovechamiento de las circunstancias por partidos políticos minoritarios afines al proyecto, así como de los oportunistas de oficio con caretas de demócratas que disimulaban su afinidad extremista; la familia y la sociedad se dividieron, se derramó sangre inocente, la iglesia se perdió en el camino, la ciudadanía reafirmó su ignorancia, Honduras perdió. El escenario de riesgo no fue casualidad, fue construido a propósito; a la fecha ninguna rectificación que indique un volver a empezar.

Con una habilidad, sorprendente, una estrategia quirúrgicamente deseñada, una obsesión enfermiza y con un descaro desafiante; se gesta a partir del 12 de diciembre de 2012, un plan para alcanzar, consolidar, sostener, imponer y continuar en el poder; se anula el primer obstáculo con la defenestración de la Sala de lo Constitucional, con la elección de una nueva y del Fiscal General, todos fieles al siniestro cometido, un presidente del Congreso Nacional leal hasta exponer los codos y las rodillas, partidillos arrimados a la teta, algunos diputados descoloridos de la oposición al servicio de la causa, los jefes de la cúpula militar exponiendo su honor y vacilantes en el cumplimiento de su misión constitucional, el clero con dilemas en cuanto a su apostolado y a su labor edificante, el Partido Nacional obnubilado por las perversas expectativas, con centenares de miles de seguidores vociferando “50 años más”, un pueblo sin convicciones democráticas compartidas, repartido entre organizaciones políticas y sociales atomizadas, confundido, con valoraciones más altas a una bolsa solidaria que a un artículo constitucional violado, con un alto grado de incultura democrática; gritando ¡“fuera JOH! El tiro de gracia lo da el veredicto del Tribunal Supremo Electoral por mayoría simple, al darle curso a la reelección presidencial en contra de la Constitución. La estrategia para el continuismo un éxito total, no tanto por la fortaleza de sus actores y cómplices, sino por la indolencia, ausencia de ciudadanía y de patriotismo en sus detractores. El efecto: inexistente la independencia de poderes, degradado el Estado de derecho, violada la carta fundamental, la democracia fallida, la República disfuncional, el pueblo burlado, desprovisto de su poder irrenunciable. Lo fatal, ese acto criminal tiene más de un millón de seguidores.

Las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), son el más reciente escenario de riesgo a la soberanía e integridad territorial. Oferta de capitales errantes, que sobornaron hace casi una década la conciencia de los mal llamados “padres de la patria”, al incluir en el texto constitucional, el aberrante contenido que le otorga facultades y condiciones paralelas a las propias del Estado de Honduras, al elaborar una ley que desarrolla la usurpación del poder y aprobar reformas ilegales que amplían los privilegios. Se dibuja en nuestro difuso horizonte, el espectro de la neoconquista, del neocolonialismo, de la nueva dominación, con la complicidad de apátridas detestables entre nosotros. ¡Vaya traidores! ¿Despertará la india?

Se creó un escenario de impunidad al cambiar el Código Penal, limitar el rango de actuación del Ministerio Público, expulsar la MACCIH, creando condiciones para sobreseer los delitos de corrupción, formando una estructura institucional para la malversación de caudales públicos y dar facilidades para el lavado de activos a narcotraficantes, con evidentes nexos entre no pocos representantes de los poderes del Estado. Está en riesgo la moral ciudadana y pública, la seguridad jurídica, la justicia y la dignidad nacional. ¿Se revertirá la tendencia?
El desafío es crear los escenarios expectantes, se deben juntar las voluntades para la firma de pactos de gobernabilidad, de cumplimiento de un plan mínimo de gobierno de integración nacional, de fortalecimiento a la democracia, de restablecimiento del Estado de derecho y de reconstrucción de la República.

Escenarios que reduzcan el riesgo a los efectos del cambio climático, que se enfoquen en el desarrollo del potencial nacional, en el desarrollo humano sostenible, en el respeto a los derechos humanos, a las garantías constitucionales y a la formación de ciudadanía como depositaria del poder constituyente y forjadora de su propio destino, en libertad.

Más de Columnistas
Lo Más Visto