Una toma de posesión modesta y austera que indique un cambio

MA
/
28 de diciembre de 2021
/
12:04 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Una toma de posesión modesta  y austera que indique un cambio

Carlos Medrano
Periodista
[email protected]

Es normal que los seres humanos queramos celebrar nuestros triunfos por todo lo grande, que se de cuenta el mundo que ganamos, que somos los mejores y que logramos nuestros objetivos pese a las vicisitudes del áspero camino que nos tocó recorrer.

La victoria electoral lograda por la Alianza de Oposición tiene matices épicos, teniendo en cuenta el poder aglutinado en Juan Orlando Hernández, quien a todas luces tendrá serios problemas legales en el ámbito internacional una vez salga de Casa Presidencial.

Sinceramente pensé que habría otro fraude electoral descomunal y que el Partido Nacional seguiría, de manera ilegal, en el poder de la nación, pero hubo una fuerza incontrastable que fue impulsada por la rebelión popular, que le propinó una derrota aleccionadora a los “cachurecos” que después de 12 años en el poder, cometieron barbaridades y abusos en contra de los hondureños.

Pero ese capítulo, Gracias a Dios, ya pasó, las fiestas populares ya se han realizado en todo el país, y lo que toca es el traspaso del poder, que a mi criterio debe ser una celebración modesta, que corresponda a un país que económicamente no está bien y que los diferencie del abuso y derroche que otorga el poder de una nación como Honduras.

Hacer alarde de lo que no tenemos ni somos, frente a la comunidad internacional, más bien nos exhibe como país subdesarrollado, de modo que más bien les sugeriría que hiciéramos una fiesta autóctona, que invoque al nacionalismo, a lo hondureño y a lo catracho prioritariamente.

Invitemos a los presidentes del mundo, pues este hecho histórico no lo podemos disminuir, pero de eso a tener fiestas pomposas con visos faraónicos, un gasto excesivo en un momento tan complejo como este, resultaría un mal inicio de un gobierno que criticó el derroche y el despilfarro de la administración de JOH.

El discurso de la presidenta electa, Xiomara Castro, debe llamar a la unidad del pueblo hondureño, sin olvidar la sed de justicia que tiene este país por los tantos actos de corrupción que ha existido en nuestra nación.
Honduras desde el golpe de Estado del 2009, ha estado profundamente fraccionada, lo que no ha permitido tener gobiernos en paz, sino más bien entre una guerra cruzada, que impide que avancen los planes de gobierno a corto, mediano y largo plazo.

El tiempo apremia, la toma de posesión es un acto emblemático y solemne, pero debe de ser austero y que más bien incida para que la comunidad internacional nos apoye en problemas complejos que dejará el Partido Nacional, como la deuda externa que consume demasiado presupuesto de la República.

La propuesta que este evento debe ser financiado o costeado con donaciones, como pretendiendo generar una imagen de austeridad, no me parece una buena idea, ya que donaciones pueden haber de todos los orígenes y procedencias, lo que más bien generaría serios problemas para el nuevo gobierno.

El escenario del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, no me parece el mejor, pues este vetusto edificio presenta problemas estructurales graves y peligrosos. El Complejo Polideportivo de la UNAH presenta mejores condiciones de infraestructura y comodidad.

Más de Columnistas
Lo Más Visto