Óscar Lanza Rosales
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Con el inicio de un nuevo año, los hondureños siempre nos regocijamos de júbilo y de esperanza -con la promesa- que haremos nuestros mayores esfuerzos a nivel personal y familiar, para darle sentido al dicho popular “año nuevo, vida nueva”, para aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presenten y renovar nuestras vidas para mejorar.
Este año no es la excepción, y creo que las esperanzas se han excedido con el nuevo gobierno que va a presidir doña Xiomara Castro (XC), que se ha comprometido a realizar un buen gobierno, de reconciliación y de integración.
Por lo que se espera un gobierno competente, que restablezca el Estado de derecho, realice una gestión eficiente y eficaz, sea transparente y rinda cuentas, entre otras cosas.
Su competencia vamos apreciarla cuando nombre a sus principales colaboradores, especialmente su gabinete, en el que esperamos estén los mejores compatriotas, los más comprometidos, capacitados y honrados. Por ejemplo, el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, ha prometido a su pueblo, gobernar con los mejores, y ha dicho que los buscará “estén donde estén”.
¿Qué esperaríamos de este gabinete de doña Xiomara? Que sea multipartidario, paritario en hombres y mujeres, con trayectoria reconocida y solidez profesional; conocedores del tema donde se les asigne.
Para esto de la integración del gabinete, doña Xiomara debe aprender de las mejores estadistas que han sobresalido en el mundo, porque le han hecho frente a las crisis de la pandemia con éxito. Estadistas como Angela Merkel y Michelle Bachelet en su primer período.
De Merkel, puede aprender de su capacidad para formar gabinetes de gobierno, combinando caras nuevas y jóvenes, con políticos con experiencia y hasta críticos prominentes.
De Bachelet, su fuerte impulso a la participación de la mujer, constituyendo un gabinete paritario de mujeres y hombres, y asignándoles a las mujeres ministerios importantes.
Un dato importante de las mujeres en la cima de los puestos públicos alrededor del mundo, según un mapa y ONU mujeres, afirma que sus decisiones están enfocadas a los asuntos más esenciales como la salud y la educación, y en proteger a las personas que más lo necesitan, como familias de bajos ingresos, niños, jóvenes, adultos mayores, y discapacitados. También le dan mucha importancia a la igualdad de género y todos los asuntos que tienen que ver con la mujer.
Volviendo a la presidenta electa de Honduras, será prioritario crear las condiciones para la reactivación económica para la generación de empleo, reactivar el sistema educativo nacional (que ha estado paralizado prácticamente por dos años) y fortalecer el sistema de salud, entre otras cosas, para continuar luchando contra la pandemia mediante la vacunación y demás medidas de bioseguridad.
Para aumentar la inversión pública, tiene que reducir el tamaño del gobierno, eliminar a los paracaidistas y las instituciones innecesarias -o las que contribuyen en la duplicidad de funciones- en este momento de crisis; reducir los sueldos de los altos funcionarios; restructurar instituciones como la Secretaria de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS), donde hay fugas de miles de millones de lempiras en las trescientas fundaciones para sostener a los activistas del actual gobierno.
El próximo gobierno tiene que vivir en un ambiente de austeridad porque estamos en una economía en crisis, para lo cual, parece que las mujeres -en especial las hondureñas- están más preparadas para darle respuesta.
Digo lo anterior, porque en Honduras se estima que existen unos 2.1 millones de hogares, de los cuales al menos el 33% son liderados por madres solteras que, ante la ausencia de una figura paterna, solitarias tienen que asumir la responsabilidad de criar a sus hijos, de velar por su sustento, salud y educación.
Así que doña Xiomara, al igual que las demás mujeres hondureñas, ha de estar preparada para afrontar las crisis, como lo han demostrado las otras mujeres del mundo que han llegado a esa alta posición de mandatarias.
Con el éxito logrado en el manejo de la pandemia, por parte de las mandatarias del mundo, según investigaciones científicas, ese éxito es atribuido a los estilos de liderazgo de las mujeres que son diferentes al de los hombres y que resultan beneficiosos en tiempos de crisis.
Así que el mejor regalo que esperamos los hondureños, de la presidenta electa en el 2022, es el inicio de un buen gobierno, que se haga acompañar de un gabinete de lujo y tenga la sabiduría de saber establecer los asuntos prioritarios de su gestión.
Compatriotas: Recibamos con fe y optimismo el 2022 y que sea de prosperidad para todos.
