¿TERRENO DE CAZA?

ZV
/
3 de enero de 2022
/
12:57 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
¿TERRENO DE CAZA?

WASHINGTON ha sido claro en su incomodidad –lindando con contrariedad– del husmeo chino en su esfera de influencia. Es decir en estos pintorescos paisajes acabados de la región. Sin embargo el informe especial L’Express en su edición doble de final de año titulado “Cómo Pekín se apropia de América Latina”, ofrece una visión más cercana a lo que está sucediendo. El semanario francés asegura que “China ha reemplazado a Estados Unidos como potencia en torno a la cual giran las economías de varios países latinoamericanos gracias a las deudas colosales que han adquirido con Pekín, en particular Ecuador y Argentina”. “El único cable internet submarino que conecta Sudamérica y África fue desplegado por China en 2018 entre Brasil y Camerún”. “El continente latinoamericano, –aduce el semanario– que era el patio trasero de Washington, se ha convertido en el terreno de caza exclusivo de China”.

En 2017 fue instalada en Argentina una estación china de observación de satélites en la provincia de Neuquén (Patagonia), la cual es administrada directamente por el ministerio chino de la Defensa”. China podría estar detrás del proyecto argentino de base naval en Tierra del Fuego”, anunciado por actual presidente argentino. “La inversión se eleva a unos 300 millones de dólares y el propósito es convertir Ushuaia en una plataforma logística para el Atlántico Sur”. En cierta ocasión Bolsonaro –que ha mantenido prudente distancia con el gobierno chino– dijo que “los chinos no compran en Brasil, están comprando a Brasil”. “En Ecuador “Pekín hace lo que quiere”, según dice bajo anonimato un exmiembro del gobierno estadounidense citado en el informe”. “Desde comienzos de los años 2010, cuando el precio del barril de petróleo cayó a la mitad, Ecuador, país productor de petróleo, no logra pagar los préstamos adquiridos ante consorcios chinos que construyeron numerosas carreteras y presas”. “Mientras usted está leyendo estas líneas –asegura el periodista autor del informe– 300 buques-fábrica chinos se encuentran en torno a las 19 islas de Galápagos”. “A escasos 20 kilómetros de la costa, esa armada está aspirando el fondo marino las 24 horas del día, causando daños irreparables a la biodiversidad. Los pescados y los calamares son congelados inmediatamente a bordo y se envasan para su venta en el mercado chino”. “Endeudados hasta el cuello, países como Ecuador y Argentina tienen muy poco margen de maniobra frente a su acreedor asiático”. No olviden que “China también ejerce presión a través de la diplomacia de las vacunas”.

“Desde 2005, los chinos invierten también en infraestructuras viales, portuarias e hidroeléctricas”. “China ya controla o tiene una importante participación en 40 puertos en las costas de dos océanos y a la entrada del canal de Panamá”. “Pekín posee además 15 instalaciones hidroeléctricas”.

“Desde un punto de vista estratégico, esta progresión inquieta a Estados Unidos, en particular, la perspectiva de la utilización militar que los chinos podrían hacer de los puertos comerciales y los aeropuertos civiles”. Si lo anterior no fuese suficiente, acaba de entrar en vigor “La Asociación Económica Integral Regional (RCEP)”, o sea el mayor tratado de libre comercio del mundo firmado por 15 países de Asia-Pacífico”. “El tratado se empezó a gestar en el seno de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), pero China –apunta El Economista de España– ha ido cobrando protagonismo por su tamaño y hegemonía económica que avanza en detrimento de Estados Unidos, que no forma parte de la RCEP”. Los expertos afirman “que el tratado aumentará el comercio entre los países asiáticos, que es actualmente más voluminoso que el que tiene con Norteamérica y Europa juntos”. “La RCEP, que empezó a negociarse en 2012, es un acuerdo económico que busca eliminar los aranceles y cuotas en el 65% de los productos, que se ampliará al 90% en 20 años, y otras barreras al libre comercio”. “Los países firmantes representan un mercado de unos 2,200 millones de personas, cerca del 30% de la población mundial, en la región con mayor crecimiento económico del mundo”. (Cuentan que columbraron al Sisimite –por si las moscas, una de sus resoluciones de año nuevo– matriculándose en clases de chino).

Más de Editorial
Lo Más Visto