Changoneta legislativa

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15 de febrero de 2022
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12:23 am
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Changoneta legislativa

Nery Alexis Gaitán

Para empezar, la Casa Presidencial, en vez de ser la sede del gobierno, se ha convertido en la sucursal de un partido político, Libre, ya que el primer caballero -en realidad el verdadero presidente-, convoca a reuniones de su partido para arreglar desafueros entre sus miembros; también convocó a diputados liberales para que lo apoyen. “Mel”, siendo coordinador general, se ha instaurado a sus anchas en Casa Presidencial; “He vuelto” exclamó con euforia, el 27 de enero.

Y es que la crisis legislativa que provocaron los diputados disidentes de Libre, por el control de este poder del Estado, parece que ha llegado a su fin. Y ya lo planteábamos, que el sacrificado iba a ser Jorge Cálix, quien presionado por los Estados Unidos, decidió abandonar sus pretensiones.

Toda esta crisis surgió por el pacto entre Nasralla y Castro, quienes, en una franca injerencia en el Poder Legislativo, le cedieron el Congreso al PSH. Violentando así la independencia de los poderes; mal precedente para la señora Presidente, que a todas luces busca imponer acuerdos entre partidos, relegando los intereses de la nación.

Toda esta crisis ha evidenciado la calidad de diputados que ahora conforman el Congreso Nacional. En primera instancia, a los que no siguieron las órdenes de los Zelaya-Castro y deseaban que Libre tuviera la presidencia del Congreso, tal como debía de ser ya que es la bancada mayoritaria, los tildaron de traidores.
La primera en llamarlos así fue la Presidente, y los demás diputados de Libre los tildaron de vendidos, traidores, aliados con el narcotráfico, etc. Descargando insultos y malos tratos a más no poder.

Para crear presión, los Zelaya recurrieron a llamar a sus seguidores para que se tomaran el Congreso, lo que en realidad sucedió. Y el edificio se convirtió en un mercado persa; y se mantuvieron ahí hasta que la crisis se ha casi solucionado; pero siempre hay presencia de grupos dispuestos a crear caos, si no se siguen las directrices oficiales.

Una vez derrotado, Jorge Cálix regresó con sus compañeros disidentes a sesiones del Congreso. Y para variar, haciendo changoneta, ingresó con mariachis y todo fue besos y abrazos. Los que hasta hace unas horas los tildaban de delincuentes, los fueron a abrazar llorando a moco tendido. “Ha regresado el hijo pródigo”, declaró “Mel” y todos fueron felices.

Lo cierto es que la ilegalidad aún impera en el Congreso. Luis Redondo fue nombrado de forma ilegal, sin seguir los procedimientos de ley. No está largo el momento cuando todo lo hecho por él, sea nulo.
Lo que procede es que se elija nuevamente, de la forma correcta. Pero Redondo no acepta porque teme perder en esta nueva elección. Entonces todo seguirá normal, es decir, sobre visos de ilegalidad.
Si a los hondureños no les interesa esta situación, a la comunidad internacional sí, y mucho. Ya que desean que se garanticen sus inversiones, mediante un estamento legal correcto. Así que el país se encuentra en una situación delicada; sobre todo, en este momento que se necesita incrementar las inversiones, para generar más empleos y dinamizar la economía.

Con toda esta situación nos damos cuenta que los “honorables padres de la patria” se han demeritado en gran medida. La figura del diputado, en vez de estar revestida de honorabilidad, se le relaciona constantemente con aspectos delincuenciales.

En estas últimas sesiones se han dedicado a insultarse de forma grosera. Y se acusan mutuamente de ser ladrones y hasta abanderados del narcotráfico y del crimen organizado; inclusive hay hasta denuncias de maltrato, muchos tienen cuentas pendientes de manutención, etc. Otros han llegado a maltratar a los empleados legislativos.

Lo cierto es que el pueblo los eligió para que legislen a favor del bienestar común, ese es el trabajo que están obligados a realizar. Y no para que se comporten como forajidos.

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