Aptitud académica

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24 de febrero de 2022
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12:05 am
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Aptitud académica

PERFILES
Por: Carolina Alduvín

Toda universidad seria en el mundo, tiene algún mecanismo para seleccionar los estudiantes que han de ingresar a su campus; en los Estados Unidos, cada año, miles de jóvenes cursando el último año del bachillerato, aplican a una o varias de los cientos de universidades estatales y privadas a lo largo y ancho de su territorio, entre los documentos que remiten, hay certificados de calificaciones, recomendaciones de sus profesores de secundaria, ensayos en los que se presentan a sí mismos, describiendo méritos propios, tales como labor comunitaria, aptitudes atléticas o artísticas, actividades filantrópicas, muestras de liderazgo y sus logros más sobresalientes, junto con su vocación, aspiraciones, metas y razones por las cuales su admisión sería un ganar-ganar para la institución y para el postulante. A veces, también deben aprobar una prueba estandarizada para poder ser considerados por los encargados o comités de selección. Muchos, reciben varias cartas de aceptación, razón por la que pueden darse el lujo de optar por la que más les convenga.

La UNAM, una de las mejores en América Latina, aplica un examen masivo a los egresados de las escuelas secundarias, quienes aprueban, tienen boleto de entrada, ya sea a la Escuela Nacional Preparatoria, o al Colegio de Ciencias y Humanidades. Para quienes vienen de otras modalidades de educación media, hay también exámenes de admisión a las diversas facultades. A finales de 1969, hice mi examen de admisión a la ENP, en una de las aulas de la Facultad de Ingeniería de la Ciudad Universitaria, cursé felizmente la prepa y al final, tuve mi pase automático a la Facultad de Ciencias. Para entonces, mi traslado a esta tierra estaba pactado y luego de un par de meses de oyente en la UNAM, vine a comenzar Biología en la UNAH, sin hacer examen alguno, apenas acreditar mi certificado de preparatoria.

Esa diferencia me sorprendió y no solo eso, las primeras asignaturas -entonces le llamaban CUEG- era una repetición de muchas cosas vistas en la preparatoria, incluso los cursos de Química del bachillerato, me los valieron por las temidas clases del ingeniero Berlioz. Y así se mantuvo tres décadas más, siempre pensé que era la única universidad del mundo que, en vez de poner su barra alta, la bajaba hasta donde hiciera falta para que nadie quedara fuera. Apenas, ya en los primeros años de este siglo, una comisión de transición, al fin pensó que la PAA podría ser una buena idea y la implementaron. En ningún momento pude percibir cambio positivo alguno, los estudiantes, incluso los matriculados en Medicina, cada año llegaban peor preparados que los años previos. Igual, no tengo el panorama completo, pero esa es la tendencia, agudizada en los dos últimos años a causa de la pandemia.

La PAA, en la práctica no ha excluido a más aspirantes que los que el sistema ya excluía antes de que la establecieran, por debilidades del propio sistema económico y educativo ya excluyente, que no mejoró por el simple hecho de que se colocara una barra aparentemente menos flexible y algo elevada, los puntajes obtenidos por quienes se someten a ella, son más altos entre los egresados de los institutos privados de la capital, puede que haya cierta competición entre algunos de ellos y hayan elevado internamente su nivel de exigencia para mantenerse entre los primeros diez, asunto que no ha impactado en mejorar el sistema, ni siquiera entre el resto de los colegios privados. Si se suprime o se queda, no va a pasar nada.

Lo que es inadmisible es que, desde el ilegal Congreso que padecemos, un par de diputados liebres y populistas, pretendan imponer su capricho y levantar las palmas haciendo creer al populacho que, gracias a sus bufonadas, la educación superior se va a universalizar y todos, casi que, por decreto, van a tener la oportunidad de ser profesionales universitarios. Lo que es reprobable es que, haciendo gala de la demagogia más barata, los refundidores van a elevar el nivel de vida de todos, incluso los que no están interesados, vía títulos universitarios. Lo que es inaceptable es que, vía parlamento espurio, se quiera dar un golpe avieso a la autonomía universitaria. No recuerdo que semejante aberración entre las promesas de campaña de la Presidente, pero como en la casa de Marbella todos mandan menos ella, no es extraño que un par de achichincles, se disparen por la libre con semejante globo sonda. Los universitarios dignos no debemos y no vamos a permitirlo y la UNAH es mucha pieza para ellos.

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