Canibalismo político en Poder Legislativo hondureño
(Palenque de gallos con y sin espuelas)
Por: Ángela Marieta Sosa
Especialista en derechos humanos
“Gran cátedra de gritería” y no fue por la Concepción de María; fue uno más de los espectáculos ofrecidos esta semana en el Congreso Nacional, dicen llamarse los padres de la patria. Francamente serán padres y madres, pero del odio, del resentimiento, de la intolerancia, de la arbitrariedad, del rompimiento de toda técnica de debate entre “pares civilizados”.
Claramente cada especie es par de su manada, ¿en el Congreso son pares de qué, y para qué?, es el problema de los políticos y sus promesas populistas, del dicho al hecho hay un gran trecho, y se terminan dando con la piedra en los dientes o sacrificando a un pueblo que lo que más necesita es garantía de derechos humanos.
Observen ustedes, qué nivel de comportamiento legislativo, actualmente en Honduras, existen mecanismos para garantizar empleo y desarrollo económico, tales son la Ley de Empleo por Hora, las ZEDE, las ferias de emprendedores, empleatones, etc. ¡Pero!, como no fue idea del actual gobierno, lo quieren derogar y con procedimientos legislativos irregulares e inexistentes; eso solo denota inmadurez política, “egocentrismos entronados” que dicen que tienen poder popular por cantidad de votantes que no constituyen en su totalidad ni un 30% de la totalidad de la población hondureña, y eso que habría que dudar si verdaderamente el proceso electivo nacional fue puro.
Ya basta de gritar, de traficar influencias, ya basta de corrupción, de donde sea, izquierda o derecha, ya basta de sacar lo peor de la hondureñidad, esto solo conducirá al anarquismo y la autodestrucción de nuestra patria. Señores congresistas, ¿ustedes creen que fomentando odio y justificando insultos denigrantes en resentimientos partidistas y sociales, contribuyen a erradicar la pobreza y a disminuir la discriminación y cosificación de la mujer?, no señores, lo que hacen es crear modelos de comportamientos machistas violentos que minimizan a la mujer y a ustedes como personas que validan su hombría peleando a gritos y a golpes.
Mujeres congresistas, ustedes son las llamadas a levantar sus manos limpias y elevar sus voces empoderadas, sororas, posicionadas, para que redireccionen el comportamiento en el palenque de gallos de peleas, en el que han convertido el Congreso Nacional de Honduras los hombres misóginos que creen que gritando y golpeando a mujeres hacen patria.
Mujeres congresistas tienen la oportunidad de unirse por Honduras y demostrar la fuerza de las representantes de la mayoría prevaleciente en la población hondureña, porque sino lo saben las mujeres somos más, por ende solo con sus votos ustedes mujeres congresistas pueden tomar el control del poder y de una vez dejar claro lo que es bueno y lo que es malo, lo que es delito y lo que no lo es, lo que es moral o no, demuestren el techo de su escala de valores como lo hacen en sus casas cuando dicen “esto no se puede permitir” la paridad de género alcanzada en la política hondureña, no es a cambio de su silencio y parsimonia.
El elitismo capitalista condicionó en el hemisferio el surgimiento e instalación del populismo, y ambos sistemas políticos solo han servido como instrumento para que familias enteras lleguen al poder con ínfulas de dinastías aristocráticas, discriminando la formación, la capacidad, el ejercicio profesional limpio, por la falta de garantía de “lealtad” que en la mentalidad absurda y tercermundista solo la da la familia… de ahí que vienen las historias en Honduras y otros países de los familiones en los gobiernos, llevándose de encuentro la democracia y ahora hasta la República; ahhh, pero eso no es violación de derechos humanos, ni mucho menos a la Constitución; no para nada, eso es “el pueblo soy yo” y lo que yo pienso aunque sea lo mismo de los pensadores de antes, si es válido, sí es legal, puesto que el camino a la nueva legalidad lo estoy comenzando “yo” el ego-gobierno.
Mujeres congresistas, políticas de carrera, novatas, mujeres todas, feministas radicales y en todas sus expresiones, colectivos, de todos los partidos políticos, religiones, todas tenemos mucho en común, y es que llegar a donde estamos nos ha costado la vida, la dicha y a veces hasta la dignidad y la reputación, reconózcanse, defiéndanse y reúnanse a formar los principios de un nuevo partido de mujeres pragmáticas de centro ideológico, capaces, que incluya a la que vende en el mercado y a la emperifollada, a la india, a la criolla, a la mestiza, a la negra, donde todas den ideas y construyan patria, no gritando, sino haciendo gala del poder único que las mujeres tenemos y que todas sabemos cuál es…
