El gran engaño

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28 de febrero de 2022
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12:02 am
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El gran engaño

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Tal como se ve la situación de la gobernanza en el nuevo gobierno en sus primeras semanas de mandato. Percibimos un completo desbarajuste. Para empezar. No se tiene un presidente, sino una pareja de presidentes. Y en esa dualidad, la señora Presidente, se ve subordinada y realmente desplazada. El asesor principal del gobierno y coordinador general del Partido Libre, tiene la cacerola por el mango del Poder Ejecutivo, a la vez, del Congreso Nacional, además, está enfilando su influencia política real hacia el control del Poder Judicial. Votaron por una Presidente que manda hasta donde se lo indica su asesor principal. Y cumple a cabalidad con su actuación de reina republicana. Se creyó que al votar por una mujer. Se produciría un poder de gobierno distinto a los que se experimentaron en el pasado, pero lo que vemos es que, a ella, la tienen de señuelo. Tal como la tuvieron a lo largo de la campaña electoral. Solo aparece en la escena de la gobernanza de los primeros cien días, para anunciar “cambios de maquillaje” en el rostro de la nación. No se ve que haya una agenda coherente a la que deba darle seguimiento. Sin embargo, por su parte “el otro presidente”, va siguiendo una ruta de mando, felizmente incoherente y francamente populista. Instaurando el nepotismo sin vergüenza alguna. Lo cual, hasta funcionarios del gabinete del gobierno están realizando. Se ve una orquestada asignación de puestos, que los toman en parejas, con el ánimo de aplicar un sectarismo revanchista en contra de los que estaban empleados, demostrando poca sabiduría y desconocimiento del manejo gubernamental. Estamos observando la imposición de una línea política atrapada en el pasado. Que en vez de crear estabilidad produce stress. Como si se originase en una mente que sufre de problemas mentales post traumáticos. En definitiva, estamos observando lo que muy bien planteaba Margaret Thatcher: “El socialismo no procede del pueblo. Es una doctrina de intelectuales que tuvieron la arrogancia de creer que podían planificar mejor la vida de todos”.

La forma de hacer política que promueve el nuevo gobierno no es lo que anhelamos. Demuestran un arrebato en la aplicación del mandato político, sin rumbo coherente. No tienen un plan económico consensuado, para dar soluciones estructurales, sino más bien, una actitud política afanosa por sacar a la luz, los errores de corrupción cometidos como si fuesen los honestos de la película, y hacer gala de ello. Hasta el día de hoy, lo que han hecho, es crear las condiciones de un gobierno irrespetuoso de la ley. No hay orden jurídico que valga. Se imponen las acciones por encima del orden constitucional y se irrespetan los mecanismos institucionales para legitimar los cambios que van imponiendo.

No obstante que el pueblo hondureño demostró una conducta ciudadana ejemplar y pacifica el día de las elecciones generales, que le abrió la puerta grande a los socialistas, para emprender una sociedad socialista democrática; hoy por hoy, no tenemos un rumbo con objetivos claros y accionables. Están apuntando hacia mejoras insignificantes. Sin demostrar capacidad para integrar acciones y planes concretos necesarios de cumplir en los primeros días de gobierno, que den luz a la gran visión de país que, tanto clamaron en campaña electoral. Las propuestas estructurales que le den sentido a la ruta de desarrollo que prometieron seguir, brillan por su ausencia. Pero sí se destacan improvisaciones llenas de populismo sin sentido que ilustran cierta mediocridad y falta de aportaciones realmente técnicas y estudiadas.

Nos están castigando los bolsillos y actuando al revés de lo que fueron las promesas de campaña. “Hay nuevos trancazos e intenciones para pagar mayores impuestos, y amenazas de pérdidas de fuentes de trabajo porque las medidas que se quieren adoptar, son antilaboris”.

Lo que veo es un gran engaño. Realizaron una magistral jugada política. Y como lo dice un analista “como una gran jugada de póker, las cartas se mostraron hasta después de haber convencido a los demás que eran la solución. Al ganar la jugada, se develó la cara del gran engaño que sufre todo el pueblo hondureño. Y en vez de gobernar para el 2022 en adelante, se está procediendo como si fuese otra vez el 2006”.

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