Pese al reshoring: El offshoring permite nuevas inversiones industriales en Honduras

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17 de abril de 2022
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12:03 am
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Pese al reshoring: El offshoring permite nuevas inversiones industriales en Honduras

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

Reshoring y offshoring son términos utilizados en Estados Unidos de América para los productos que se vuelvan a fabricar en el país, o los que traen de varios países asiáticos, pero muy especialmente de China continental, después del acercamiento propiciado por Henry Kissinger, en su calidad de Secretario del Departamento de Estado, que permitió la apertura de relaciones con el régimen comunista de Mao Tse Tung, y a las inversiones en la fundación de empresas industriales con modernas maquinarias y tecnologías de punta, fabricando los millones de productos que se consumen en Norteamérica y el mundo, con bajos costos de mano de obra.. A eso se debe en Honduras el establecimiento de las industrias maquileras que comenzó a finales de la década de los años 70.

Entrando en el tercer año de la pandemia de coronavirus, pareciera que la escasez de productos en Estados Unidos se hubiera convertido en una constante sin fin a la vista. La crisis que se generó cuando la pandemia afectó el ritmo del flujo del comercio internacional, aún hay una gran cantidad de productos que difícilmente se pueden conseguir en las tiendas del país del norte. Muchos minoristas alrededor del país siguen reportando dificultades a la hora de mantener suministros suficientes para satisfacer la demanda de todo tipo de artículos: desde consolas de videojuegos hasta muebles, pasando por ropa, comida y hasta autos. Pero, dado que la mayoría de los problemas de escasez radican en la dependencia de las compañías en producir partes -o en ocasiones todo el producto- en otras latitudes, algunas empresas están buscando volver a traer la producción a las fábricas del país. Eso es lo que se denomina reshoring.

“Si miras los 90”, le cuenta a BBC Mundo el profesor Willy C. Shih, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, “muchas de las computadoras y de la ropa y de los muebles se fabricaban en EEUU”. “Si lo comparas con 2010, la producción de muchas de esas cosas ya se había ido al exterior”. Con la globalización, muchas compañías se dieron cuenta de que podían fabricar sus productos en países asiáticos como China, Vietnam o India, donde los salarios son mucho más bajos, para luego importarlos y venderlos en el gran mercado norteamericano. Es lo que los economistas conocen como “offshoring”. Esto llevó a que, durante décadas de los 2000, la economía estadounidense perdiera un número alarmante de puestos de trabajo. Según un reporte publicado en 2014 por un grupo de profesores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), EEUU perdió aproximadamente entre 2 y 2.4 millones de trabajos entre 1999 y 2011 debido al incremento de las importaciones de China.

Desde entonces, el fenómeno del offshoring, particularmente a China, ha venido disminuyendo a medida que la economía del gigante asiático ha crecido y con ella los salarios de sus empleados, según le cuenta a BBC Mundo el presidente de Reshoring Initiative, Harry Moser. “Los salarios en China han estado creciendo entre 10 y 15% al año durante la mayor parte de los últimos 20 años”, cuenta Moser, “así que incluso desde antes del Covid-19, antes de la guerra comercial, los puestos ya se estaban yendo de China”. Y aunque muchos de esos trabajos se fueron a sitios más baratos como Vietnam, Camboya o incluso México, agrega Moser, “un 15% de lo que se estaba yendo de China estaba llegando aquí”.

Según el estudio anual que conduce la Reshoring Initiative, que aboga por impulsar el reshoring en EEUU, en 2020 las empresas anunciaron que 160,649 puestos de trabajo regresarían al país o se crearían como efecto de inversión extranjera directa. “Empezamos a ver producción de equipamiento médico de protección, vendiendo todo tipo de elementos relacionados con el Covid-19. Tenemos decenas de miles de trabajos que retornan porque al menos 1,000 compañías empezaron a fabricar este tipo de elementos”, señala Moser. Y aunque en 2021 la necesidad de elementos médicos de protección disminuyó, Moser explica que el reshoring aumentó un 36%, lo cual se vería reflejado en la creación de 220,000 puestos de trabajo.

La crisis de los contenedores por la acumulación de barcos que no se pueden cargar, además del desabastecimiento producido, ha subido estrepitosamente las tarifas del transporte marítimo por los miles de kilómetros que separan el mercado norteamericano de los países asiáticos, el offshoring seguirá funcionando, abriéndose así una magnífica oportunidad de lograr mayores inversiones de empresas industriales en Honduras, para surtir la demanda de productos en Estados Unidos apenas a dos días de navegación a la costa este desde Puerto Cortes.

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