Nasralla: ¿salvador de quién?

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20 de abril de 2022
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01:05 am
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Nasralla: ¿salvador de quién?

Óscar Lanza Rosales
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Con el ingeniero Salvador Nasralla nos conocemos desde los años 70 del siglo pasado, cuando él regresó graduado de ingeniero comercial de la Universidad Católica de Chile, y se incorporó a la Asociación de Ingenieros Industriales de Honduras, de la cual su servidor formaba parte.

Con Salvador no hemos sido amigos, pero cuando nos encontramos, siempre nos hemos saludado con mucho respeto y en forma amigable, con los intercambios de comentarios de costumbre. Él es ampliamente conocido y se le reconoce su éxito como profesional, principalmente en sus programas de televisión que, por más de cuatro décadas, ha tenido en los primeros lugares de audiencia, como es 5 Deportivo y X-0 Da Dinero, donde según él, ha logrado triunfar por sus tres grandes virtudes: orden, disciplina y trabajo, y también por sus defectos: muy perfeccionista y demasiado aprensivo.

Su popularidad lo llevó en 2013 a interesarse en la política, con su bandera en el combate a la corrupción, fundando el Partido Anticorrupción (PAC), dando la sorpresa en las elecciones de ese año al sacar más de 418 mil votos (13% de los votantes), y 13 diputados al Congreso Nacional (CN), casi todos de Cortés, donde obtuvo el apoyo masivo de los jóvenes.

En 2017, Libre le ofreció la candidatura presidencial, que estuvo a punto de ganar, si no hubiera sido por el fraude del Partido Nacional (PN). En 2021, iba a participar en las generales, con su nuevo partido, Partido Salvador de Honduras (PSH), pero ante la posibilidad que ganara el PN, tomó la gran decisión de formar la Unión Opositora con Libre, cediendo la candidatura a la actual Presidenta Castro, a cambio de ser designado presidencial. Si él no hubiera tomado esa decisión seguiríamos con el PN al frente del gobierno.

Las fortalezas que Nasralla tiene como político: popularidad, carisma y ha sabido escoger los candidatos para su planilla de diputados. Tanto en 2013 como 2021, ha llevado gente talentosa al CN. También tiene muchas debilidades. Ha creado dos partidos (PAC y PSH) pero a título personal, no institucional, partidos que lo menos que han tenido es organización, exceptuando quizás Cortés y Francisco Morazán, cuyos dirigentes de esos departamentos se han auto organizado. Es inocente, como lo demostró en 2017, que se entregó en los brazos de Libre como candidato presidencial sin condiciones. No condicionó la deuda política ni la incorporación de su gente a las planillas de diputados ni de alcaldes. Muchos creemos que, por su negligencia también se dejó quitar el PAC. A las dos bancadas que ha formado en el CN, las ha dejado solas, no les ha dado ningún apoyo.

Ahora que quedó de designado, los hondureños esperábamos que se iba a dedicar de lleno al gobierno, para cumplir -como lo ha venido repitiendo- para ayudar a la gente, se supone para mejorar a ese 70% de hondureños que vive en la pobreza y el 40% que vive en la extrema pobreza. Pero Nasralla han incumplido su palabra -ante la opinión pública- que pondría fin a sus 40 años en la televisión, para dedicarse solo a la reconstrucción del país, y que se despedía, dejando los dos programas en otras manos de presentadores y productores.

Pero el empresario exitoso, transformado ahora en político -que también prometió ser diferente a los políticos tradicionales- sigue con la misma rutina dirigiendo sus programas televisivos, ahora con dos fuentes de ingresos, los privados y los que recibe del gobierno, para rematar también ha incorporado en sus programas a su esposa Iroshka Elvir, diputada al Congreso Nacional.

Ser funcionario público o formar parte del gobierno, para sacar este país adelante, no es un juego. Se requieren gobernantes a tiempo completo, sacudiéndose las neuronas para resolver los grandes problemas que nos aquejan a los hondureños, como el desempleo, la pobreza y la inseguridad. Nasralla, alumno brillante del Instituto San Francisco y me imagino que también de la Católica de Chile y de sus negocios, es hora -ahora que se metió a político- le dedique esos talentos a los hondureños, para mejorar su bienestar. Total, él es un millonario, que tiene asegurada a su familia en las próximas generaciones. Lo mismo que su esposa Iroshka, que no lleguen al gobierno a veranear, sino a dejar un legado de trabajo inteligente. Nasralla y su esposa, con sus talentos, ya hubieran creado un centro de pensamiento para generar proyectos y programas en salud, educación y turismo, entre otros, para apoyar a doña Xiomara en su gobierno. ¡No nos defrauden por favor, Salvador e Iroshka!

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