SE sabe que aquí son otros temas que cautivan el interés de la afición. La usual función política. Ahora con el ingrediente alucinógeno del cannabis. Ya ratos que nadie presta atención a la guerra. Hay quienes preguntan ¿si ya terminó? Demasiado lejos para que les importe. Aunque igual daría si fuera aquí cerca. Los zombis prendidos a su adicción ni cuenta se dan de lo que ocurre en la vecindad. De la guerra, sienten el golpe de los precios prohibitivos de las gasolinas y de la energía, aunque dudoso si asocian lo uno con lo otro. Así como a nadie le da por ahorrar lo que es caro. Menos se les ocurre lanzar campañas educativas tendientes a cambiar los malos hábitos de consumo. Estos sucesos, que podrían ser el detonante de algo más grande, deberían de preocuparnos a todos. El secretario de Estado estadounidense y el jefe del Pentágono, tras reunirse con el presidente ucraniano, manifestaron “que Ucrania puede ganar la guerra contra Rusia”. Consideran que “el Kremlin ha fracasado en sus objetivos bélicos”.
Sin embargo, si bien esa es la perspectiva norteamericana, es otra la impresión que tienen en Rusia. “Putin cree que está ganando la guerra”, reveló el canciller austriaco. Esa fue la impresión que tuvo de la reciente plática en Moscú con el líder ruso. “Putin –agrega el canciller– no confía en la comunidad internacional y –desde el punto estratégico de seguridad de la Federación Rusa– cree que la guerra es necesaria”. Esta es, entonces, una conflagración que va para largo. Y lejos de apagarse se enciende. A la desgraciada pérdida de vidas humanas, a las víctimas civiles, a los salvajes ataques contra gente impotente, al terror sembrado en poblados despedazados, a la angustia de testigos viendo caer todo a su alrededor, a las masivas olas de refugiados, y a los destrozos materiales, sumen las bocinas y las luces de alarma de una amenaza mayor: El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, asegura que “el peligro de una guerra nuclear es grave, es real y no debe subestimarse”. Se trata de una amenaza lanzada contra los países que envían armas a Ucrania, a los que hizo saber que “estos contingentes –el envío de armas a Ucrania– son un objetivo legítimo” para Rusia. El ministro ruso también dijo que “la posición de principios” de Rusia es que esta guerra (nuclear) sería “inadmisible”, pero existen “riesgos bastante significativos” que podrían desatar un conflicto mayor.
El ministro ucraniano de Exteriores, responde que “cuando Rusia habla de la posibilidad de que se desate una Tercera Guerra Mundial, esta vez nuclear, es porque siente que está perdiendo la batalla en Ucrania”. “La amenaza de Rusia llega a raíz de la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos a la base militar de Ramstein (suroeste de Alemania), donde los ministros de Defensa fijan “el marco” de la ayuda militar a Ucrania en su guerra contra Rusia”. “Hasta el momento –informó el funcionario norteamericano– más de treinta países aliados, junto con Estados Unidos, han anunciado ayudas a Ucrania por valor de más de 5,000 millones de dólares”. Como si ya las tensiones no estuviesen al rojo vivo, el zampa limones en Corea del Norte en el marco de un desfile militar en Pyongyang dijo que “en anticipo de la turbulenta situación política y militar y todo tipo de crisis futura (…) aumentaremos nuestra fuerza nuclear a la mayor velocidad posible”. (Ni se les ocurra lanzar de esas bombas –advierte el Sisimite– que esas no son de las “bombas para yo” del folklore hondureño).
