Villeda Morales y Azcona del Hoyo dignos de recordar
Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
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Haciendo historia a través de grandes líderes y, la historia misma se engalana en recordar a grandes hombres que quedaron grabados en el corazón del pueblo, que jamás olvidarán. Fueron estadistas con todo su estirpe de grandeza, en el sentido de hombres con responsabilidad de verdaderos gobernantes, ciudadanos probos, de calidad humana, con dimensión patriótica.
Como premisa del desarrollo de este ensayo histórico sobre los personajes que solo la historia será la encargada de cantar la marcha triunfal de esos dos grandes caudillos del liberalismo. Que demostraron ser ciudadanos honestos, honrados, hombres con dignidad, ética y moral. Yo conocí de muy cerca a los dos y me impregné de sus conocimientos de mucha sabiduría y del contenido de lo que es la democracia representativa para vivir en libertad. La paz individual y colectiva es el camino del desarrollo y progreso de la nación. Yo tuve el honor de acompañarlos en la administración pública, en la rama del servicio exterior. Fueron gobernantes que dejaron a las futuras generaciones como se administran los bienes del Estado. Si hay honradez, habrá desarrollo en los diferentes estrados del país. Sin manos limpias, solo tendremos desafueros sociales, caravanas abandonando la patria que los vio nacer, por culpa de sus gobernantes corruptos y ladrones. Desde aquel recordado hecho histórico que nos envuelve de gratos recuerdos, como son: José Ramón Adolfo Villeda Morales y José Simón Azcona del Hoyo. Los grandes hombres con su nombre engalanan nuestro suelo patrio, y el pueblo siente en su corazón y clama a sus héroes con amor de gloria.
En el gobierno de la Segunda República se plasmó la Ley de Reforma Agraria, el Código del Trabajo. La Ley del Seguro Social. Y la primera dama Alejandrina Bermúdez de Villeda Morales (QDDG), fue fundadora de la Junta Nacional de Bienestar Social y trajo la escuela Josefina Passadori de la República de Chile, como programa de enseñanza de educación para nuestro país. Así nos dice la historia. Para recordar con amor los seres que hicieron patria y justicia social.
En la actualidad estamos viviendo una nueva historia llena de valores utópicos, como ser las diferentes doctrinas políticas tanto de izquierda y derecha, son tóxicas ambas. Con políticos llamados líderes sin moral y ética, llegan al poder sin conocimiento alguno para administrar la cosa pública, con miras nada más a las arcas nacionales y repartir como un botín que los esperaba a manos llenas para repartir los puestos públicos entre su familia y compinches “amigos”. Un Congreso espurio y de presidente un redondo del cuerpo y cuadrado del cerebro; visto desde lejos como figura asimétrica Petulante, lleno de conceptos utópicos. Y otro que usa la bandera que es símbolo de nuestra patria como mantel. Bestia salvaje que en el plato le sirven zacate para que alimente su ignorancia y viaje en las alas del viento y lo arrojen en el crematorio al designado presidencial. En la historia de la humanidad se ha dado de todo, perversos, malvados y malditos como: Adolfo Hitler, Federico Stalin, Vladimir Putin y otros más. No esperemos más, ya tenemos en Latino américa los tres jinetes apocalípticos, Nicolás Maduro del socialismo del siglo XXI, Daniel Ortega y su bruja del partido comunista y al heredero del hermano de Castro como leviatán flamígero de la Cuba comunista.
Hoy el pueblo hondureño tiene mucha fe y esperanzas en su presidente Iris Xiomara Castro con sueños de bonanza y desarrollo progresista en bien estar de todos. Hasta para esos enfermos comunistas que comen jamón, andan en carros Mercedes Benz, zapatos Florsheim, perfume Cristian Dior, beben Te con Whisky para luego esputarlo en sangre del comunismo, viviendo como capitalistas. Son la flor de la “hipocresía”. Iris Xiomara es “social demócrata, pero no comunista de la China con arroz ni comunista al estilo de Daniel Ortega encerrado en las cárceles a todos sus adversario políticos, o como Nicolás Maduro desterrando a todo aquel enemigo de sus acciones ensangrentadas, contra los que exigen libertad.
