Grilletes electrónicos: Como una forma de modernizar el sistema de justicia penal

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25 de marzo de 2023
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03:24 am
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Grilletes electrónicos: Como una forma de modernizar el sistema de justicia penal

También se resalta el alto precio que para el Estado representan los grilletes electrónicos.

Se utilizan normalmente en la pierna, específicamente en el área del tobillo. Funcionan como localizadores para determinar en qué punto se encuentra la persona que se le dicta prisión domiciliaria.

Los mismos se activan cuando el imputado viola la verja virtual, que está estipulada en la puerta de su casa, y manda una señal a la compañía que hace la vigilancia en el centro de monitoreo.

Cuando estos brazaletes se activan se le manda una alerta a la Policía Nacional para que inicie la búsqueda y captura del imputado.

Funcionan con una batería de larga duración (28 horas con una sola carga), el cual cuenta con algunos 12 sensores para medir rupturas, el estado del dispositivo, incluyendo la aproximación de la masa corporal del beneficiario. Además de una correa de seguridad que cuenta con fibra óptica y 2 líneas de metal, manufacturado con materiales 100% hipoalergénicos.

Como una forma de modernizar el sistema de justicia penal, gobiernos de todo el mundo, de unos 90 países, en total, han optado por el uso de brazaletes electrónicos de vigilancia como una medida alternativa a la prisión y la República Dominicana no es la excepción.

Hay naciones en donde estos tipos de dispositivos electrónicos también son utilizados en ciudadanos inmigrantes como forma de darle seguimiento mientras se encuentran residiendo en sus países.

Muchos destacan las cualidades positivas que para los infractores de diferentes delitos menores representa el aparato electrónico porque les permite desplazarse fuera de las 4 paredes y en ocasiones hasta seguir realizando su vida normal, trabajar, estudiar, cuidar a su familia, pero otros detallan los problemas que podrían producir en algunas personas que no logran adaptarse a los dispositivos.

También se resalta el alto precio que para el Estado representan los grilletes electrónicos, aunque comparado con lo que tienen que gastar por un interno cuando se encuentra recluido en un centro carcelario, la diferencia es muy notoria.

A través de la historia se pueden apreciar tres fases en el desarrollo de esta tecnología. Ya en 1918 se hablaba de esposas y grilletes, pero es en 1960 cuando se comienza a utilizar un dispositivo portátil de dos piezas conocido como Behavior Transmitter- Reinforcer o BRT-R, que determinaba la ubicación y controlaba el comportamiento de la persona con el envío de una señal cuando ocurría una acción inadecuada de quien lo llevaba.

La segunda fase se caracterizó por una gran apatía hacia el uso de tecnologías de vigilancia electrónica que se extendió desde 1970 hasta 1984 y la tercera fase fue el resultado del trabajo del juez norteamericano Jack Love y del ingeniero Michael Goss, los cuales diseñaron un brazalete que se conectaba a un radar indicando la posición del usuario.

En cuanto a la base jurídica internacional para la promoción y aplicación de las medidas alternativas a la prisión, como es el caso de los grilletes esta se fundamenta, junto a otros instrumentos internacionales, en el Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la resolución 45/110 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual aprobó las reglas mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas de Tokio)

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