Herlinda María García Sosa: una vida consagrada a su familia

ZV
/
25 de marzo de 2023
/
12:45 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Herlinda María García Sosa: una vida consagrada a su familia

Junto al fogón en la cocina sin perder su glamur.

DANLÍ, El Paraíso. ¿Cuántos años viviremos? No hay respuesta, ningún ser humano puede decir cuántos años vivirá. Sin embargo, es maravilloso poder contar los años que estamos viviendo. El Salmo 90:12 dice: “Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al corazón sabiduría”. Fue una oración de Moisés cuando vio de cerca la gloria y el poder de Dios. Él vio como las aguas se convertían en sangre, el mar se abría y como la gloria de Dios llenaba el tabernáculo sagrado.

¿Por qué esta introducción llena de misticismo bíblico? Es mi punto de partida para llegar a la vida de doña Herlinda María García (102). Ella aprendió a contar sus días; vivirlos con intensidad en su pequeño tabernáculo en el caserío Sabanetas del municipio de San Matías.

Me gustan las historias de los viejos, sus experiencias y sus dichos constituyen una cátedra de aprendizaje. Viajando por estrechos caminos en compañía de Gricelda Talavera y su esposo Lisandro Sosa, dando saltos y observando a los lados del camino la poca vegetación que va quedando, la aridez del terreno donde crece en abundancia la pitahaya y gran variedad de cactus que no requieren agua para sobrevivir, pensaba en este encuentro con una dama centenaria.

Gricelda Talavera, Herlinda María García, Elvia García y Herlinda García.

Más adelante, a la orilla de la estrecha calle, varias viviendas recién construidas dan la impresión del buen vivir en las comunidades rurales. Gente luchadora y trabajadora que aprovecha el poco recurso hídrico para cultivar la tierra y de la aridez con la tecnología del riego por goteo, cultivan maíz y tomate en las pequeñas parcelas planas hasta donde hacen llegar el agua desde las pequeñas reservas naturales del vital líquido.

Estamos llegando, dijo don Lisandro. De pronto el panorama natural se volvió más cálido, las chicharras hacían sentir el ambiente próximo a la Semana Santa. Ya en patio de la casa, al fondo, en el pequeño corredor estaba doña Herlinda esperando la visita. Baja de estatura, expresión alegre, erguida como si tuviera 50 años. Una mujer llena de vida, jovial y alegre, un reflejo de la calidad de vida de la gente de tierra adentro que come tortilla de maíz y frijoles.

Herlinda María García Sosa.(102).

LA ENTREVISTA

LT/ ¿Doña Herlinda me dice su hija que usted tiene 102 años? “Es lo que dicen, yo no recuerdo cuando nací, pero si ellos lo dicen hay que aceptar la realidad. Lo que sé es que he vivido muchos años, he visto crecer a mi familia, mis hijos, nietos y bisnietos, ni sé cuántos son, pero no estoy para lamentar tragedias, sino para contar con sencillez algunas cosas que recuerdo del pasado.

LT/ ¿Qué recuerda de su infancia? “No mucho, hace tanto tiempo que una olvida; pero si he llegado hasta ahora es porque fui niña, mis padres me cuidaron, incluso me pusieron en la escuela en San Matías, pero unos compañeros me hacían la vida imposible (bulling), eran muy groseros, por eso no quise continuar en la escuela”.

LT/ ¿Recuerda su primer novio? “Allí comenzó mi problema, me arrepiento ahora porque me case a los 15 años, no disfrute mi niñez y la mejor parte de mi juventud, pero ya no se puede remediar. Mi mamá siempre me decía, cuidado hija, cuando se daba cuenta que alguien andaba rondando la casa. Los padres eran muy celosos con las hijas, nos cuidaban y los muchachos todo lo querían de lejos, pedían besos a escondidas, menos mal que no pedían otra cosa.

Lisandro Sosa, el yerno consentido de doña Herlinda.

LT/ ¿Dónde eran los encuentros con los muchachos? En la orilla de la quebrada, era costumbre que las muchachas íbamos a lavar el nixtamal para las tortillas. En aquel tiempo los noviazgos eran a escondidas, hubo uno que siempre me decía, te espero en tal parte para darte un beso (pico, piquito lenguaje común entre enamorados).

LT/ ¿Usted dice que se casó a los 15 años, qué pasó? “Yo creo que no debí hacerlo, quizá no deba decirlo, pero fui la mujer más sufrida desde el momento que me case. Tuve que luchar sola para criar y educar a mis hijos, en cierta forma es mi felicidad porque lo logre luchando y trabajando duro.

LT/ ¿Llegar a esta edad significa que usted ha tenido calidad de vida? “Si, moler maíz para hacer tortillas en una piedra es calidad de vida, pues, lo fue. Cargarle las “botas” al burro para el acarreo de agua desde la quebrada. Ir a la huerta a cortar los guineos chatos. Madrugar, para hacer el café en jarro, hacer la comida para los trabajadores y aliñar el almuerzo con frijoles fritos con manteca de cerdo. Esa fue mi calidad de vida, comer tortillas tostadas en leche (sopa de tortillas) y ordeñar las 30 vacas de mi madre. En fin no me quejo de la vida a pesar de los problemas. Todo fue una carga, como también los años que tengo, pero satisfecha.

Mariano Castellanos, el hijo mayor de 12 hijos.

A doña Herlinda siendo niña le tocó vivir la hambruna de 1929 que azotó todo el país. Conoció algunos detalles a través de sus padres. Vivió la época de la dictadura de Carías, “me acuerdo que hizo diabluras. Y fíjese como son las cosas, tengo hijos cachurecos. Espero en Dios no trabajar más con los años que me quedan”.

Procreo 5 hijos de su primer matrimonio: Mariano, Josefa, Leonardo, Robelo y Maura Castellanos. Del segundo, Reina, Francisco, Entima, Gricelda, Arnulfo, Asunción y Leda Talavera. Es la persona más longeva en la comunidad. Nació, según referencia familiar, en 1921, el año del centenario de la Independencia.

Referencia histórica de su época (botas para el acarreo de agua).
En el patio de la solariega casa en Sabanetas.
Los chatos, guineos, (majonchos), fueron parte del patrimonio de la familia.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela.
Email: [email protected]

Más de Dominicales
Lo Más Visto