Nery Alexis Gaitán
Siempre se ha elegido la junta directiva del Congreso Nacional entre cabildeos del partido ganador en las elecciones. El estira y encoge no ha pasado a males mayores, y ya sea que el diputado presidente electo sea afín al Poder Legislativo o no, se ha establecido un balance en los poderes del Estado.
Pero esta vez fue completamente diferente. Desde antes de tomar posesión, el Partido Libre ya mostraba profundas diferencias entre sus dirigentes, y pasó lo que ya sabíamos, el primer caballero se quedó el poder para sí mismo y empezó a colocar a todos sus parciales en el gobierno. La señora solo es un adorno.
Así las cosas, todos conocemos la lucha entre Jorge Cálix y “Mel” Zelaya por la presidencia del Congreso y que, finalmente, en una negociación espuria en que “respetaban el pacto con Nasralla”, colocaron, de forma ilegal, a Luis Redondo en la presidencia; más todo fue un ardid a favor de Zelaya, ya que Redondo es incondicional de Libre.
Sin esperar mucho, Luis Redondo, en un acto de deslealtad, bateó a Nasralla y la tomó en contra de sus compañeros del PSH, desmarcándose de ellos y adscribiéndose inmediatamente a “Mel” Zelaya. Es así que empezó a seguir las órdenes emanadas por “Mel” legislando a su favor, un ejemplo de ello es el pacto de impunidad que permitió que delincuentes fueran perdonados y formaran parte del gobierno.
La incapacidad gerencial y administrativa de Redondo ha quedado en evidencia desde el inicio de su ilegal gestión. De corte autoritario y siguiendo las órdenes que le han encomendado, no ha tenido la capacidad de negociar, ni establecer consensos con la oposición.
Y es que Libre quiere imponer su agenda política en el Congreso, pero desafortunadamente no tiene ni la mayoría simple, así que todo lo que se legisle debe ser por consenso. Pero los de Libre, de tono autoritario, solo están interesados en favorecer los intereses antidemocráticos de su agenda.
Es lo que sucede con la intención de incorporar a Honduras a la Corporación Andina de Fomento (CAF), un banco de tendencia izquierdista, con sede en Venezuela. Pero esta intentona ha sido detenida por la oposición, ya que representa un daño económico para el país. Honduras, por ingresar, debe pagar más de 11, 500 millones de lempiras en 10 años.
Lo que representa un gasto desproporcionado sin ningún beneficio ya que el CAF le prestaría al país a una tasa entre 5% y 7%, mientras que otros bancos le pueden prestar a partir del 1.5%. A todas luces se entiende que Manuel Zelaya lo que desea es pagar lo que le debe a Venezuela.
Si en realidad lo que desean son nuevos préstamos, para seguir endeudando a este pobre país, pueden acudir a los organismos de crédito con los cuales hay una excelente relación, como el BID, BCIE, etc., y que ofrecen tasas de interés menores al CAF.
Lo que pasa es que desean beneficiar a sus amigos izquierdistas, y al mismo tiempo continuar alejándose de los Estados Unidos para eliminar el acuerdo de extradición. Lo que hace sospechar que están implicados en actividades con el narcotráfico y el crimen organizado. El que nada debe nada teme, dice el refrán.
No nos extraña que esta imposibilidad de ratificar el Acta, para darle luz verde al CAF, puede ser solo una estrategia más para crear un vació constitucional y poder instaurar la innecesaria Asamblea Nacional Constituyente, para finalmente perpetuarse en el poder.
Es urgente detener esta nefasta agenda política de Libre, que solo males le vaticina a Honduras. Defender la democracia y el Estado de derecho es una prioridad nacional. Los diputados de oposición deben buscar consensos por el bien del país. Recordemos que se debe hacer “todo dentro de la democracia, nada fuera de la democracia y el Estado de derecho”.
Honduras y su democracia son primero.
