Por: Guillermo Fiallos A.*
Luego de un proceso eleccionario colmado de ofrecimientos por un futuro mejor a los miembros del Colegio de Abogados de Honduras (CAH), llegó el día de la votación en el que se registraron ciertas incidencias y, particularmente, sorpresas en los resultados.
Celebrados los comicios el 9 de marzo recién pasado, hubo una mayor participación de los agremiados; influidos, quizá, por una campaña proselitista plagada de acusaciones y advertencias de uno y otro frente. No dejó de desconcertar que ese día, estaba estacionado casi en frente de la sede de las urnas, un camión del ejército con varios soldados que se paseaban por la calle, para indicar –seguramente– que estaban allí, con el fin de impedir que la anarquía y la violencia inminentes se apoderaran del ambiente festivo.
Concurrieron dos frentes quienes postularon a dos distinguidos profesionales, los abogados: Karla Alegría y Gustavo Solórzano. Sus campañas se vieron ensombrecidas por afirmaciones que pertenecían a grupos de poder. La planilla de Frente Reivindicador, se vio señalada por ser un apéndice del actual gobierno; y la del Patria y Justica, por representar los intereses del sector privado.
Como de costumbre, hubo sus brotes de violencia al instante del conteo de los votos; sin embargo, la intervención de la policía evitó que se deteriorara este encuentro cívico.
Con una victoria contundente, ganó la planilla del abogado Solórzano tanto en la directiva del CAH, como en la presidencia del Tribunal de Honor. Con este artículo, no es mi intención explicar las causas del porqué de esa victoria de unos y la derrota de otros.
Considero más importante, enfocarme en el futuro papel de esta junta directiva, la cual, está llamada a dar respuesta a los grandes retos de país y de los colegiados.
No conozco al abogado Solórzano, pero por sus actuaciones públicas en el reciente pasado, se nota que es un joven probo y dinámico; quien deberá imprimirle al CAH, ese estilo ejecutivo indispensable al resolver los asuntos. A los abogados se les acusa de ser muy teóricos y de darle vueltas y vueltas al ovillo de las realidades. Es, entonces, una oportunidad valiosa para demostrar ese pragmatismo gerencial –con sus debidas adaptaciones—, que posee el recién electo presidente, y aplicarlo al desarrollo del CAH tanto en materia nacional como gremial. Lo señalado en este párrafo corresponde al primer reto.
Como segundo reto, es buscar los mecanismos de protección para los afilados, pues en los últimos años han sido golpeados por la violencia varios de ellos y algunos, hasta han perecido trágicamente.
El tercer punto lo constituye la capacitación de sus miembros en los diferentes capítulos y no solo en materia jurídica, pues el ámbito legal actual inundado con tanta tecnología y estrés, exige que los representantes del Derecho, estén formados también, en cuestiones, técnicas, humanas y habilidades blandas.
Como cuarta meta, está recuperar la beligerancia del CAH frente a los asuntos nacionales y comunitarios; propiciando la participación y vinculación de este ente profesional, en temas donde se necesita su opinión basada en Ley, sin sesgos, con ecuanimidad y valentía. Es importante que el CAH vuelva a ser ese faro de conocimiento, experiencia y objetividad, que ilumine a la sociedad de la cual forma parte.
Como quinto reto, es encontrar los medios para que se cuente con un seguro médico eficaz y, asimismo, que los jubilados tengan un retiro digno, pues lo que reciben en la actualidad, no compensa los años de aportaciones ni lo que se esperaba al llegar estos, al otoño de sus vidas profesionales.
Y, finalmente, el sexto punto, tiene que ver con seguir mejorando la imagen de esta noble profesión, mediante la promoción de los valores éticos para hacerlos cada día más, parte esencial en el quehacer de los abogados; quienes se desempeñan en un ambiente nacional y mundial, donde los anti valores profesionales están adquiriendo carta de ciudadanía.
Muchos éxitos para esta nueva junta directiva. Ojalá, actúe con dinamismo en favor de los miles de profesionales del Derecho; quienes buscan, a través del ejercicio profesional, ganarse con dignidad el pan nuestro de cada día. Y, asimismo, que esté presente para orientar –con libertad y sin ataduras–, los álgidos momentos jurídicos y sociales por los que atraviesa la realidad patria.
*Mercadólogo, abogado, pedagogo, periodista, teólogo y escritor.
