En contraste: la lucha de Turcios y la condena de JOH

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22 de marzo de 2024
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12:04 am
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En contraste: la lucha de Turcios y la condena de JOH

¿Vuelven los oscuros malandrines del 80?

Por: Oscar Armando Valladares

A escasos días del juicio condenatorio -sustanciado en nueva York- y a cien años de la llegada de 200 “marines” a la capital de Honduras, uno y otro suceso han tenido muy dispar resonancia, por más que en ambos exista un mismo inductor: Estados Unidos. Por darse en el primer caso la “circunstancia” de que el reo inculpado ocupó la presidencia del país, tanto el interés de la gente como el ruido de los medios encumbraron el juicio, además: por la misma naturaleza y gravedad del hecho -meter drogas a USA- era fácil advertir el menudo problema que JOH tenía en su disfavor. En tanto, la distante invasión armada de 1924 no alcanzó la más mínima difusión noticiosa y sólo acaso el Museo Casa de Morazán invitó al conversatorio “Froylán Turcios: el poeta y patriota defensor de la soberanía nacional”, que expuso el historiador Jorge Amaya, el viernes 8 de marzo.

Decíamos -a finales de 2023- que 2024 sería el escenario evocativo de eventos históricos acontecidos un siglo atrás, devenidos de un bipartidismo montonero, merodeados por el enclave bananero de la costa norte y que dejaron un desastre colosal: en número de combatientes fallecidos, en víctimas inocentes bombardeados desde un avión proporcionado, según el mediador estadounidense Summer Welles, por las propias empresas bananeras, en edificios públicos e inmuebles privados derruidos, en pérdidas económicas a granel. Empero -recordábamos- de tan horrible suceso emergió la espada del patriotismo empuñada por Froylán Turcios, al frente de una camada capitalina unida en el deseo de romper lanzas por la dignidad de los lares pisoteados.

Ciertamente, con el arribo a Tegucigalpa de los soldados gringos -el 19 de marzo de 1924- comenzó a circular el Boletín de la Defensa Nacional, hojas de tinte antiimperialista con que el poeta Turcios y sus colaboradores lanzaron su indignada protesta por la intervención armada. El citado boletín se mantuvo vigente hasta que la tropa se retiró de la ciudad y embarcó en el crucero USS Milwaukee, surto en aguas de Amapala.

En su celo patriótico el escritor olanchano indicaba: “Prefiramos un millón de veces nuestro atraso, nuestra abulia, todo lo oscuro de nuestro porvenir, a perder, por un fementido progreso, el divino don supremo, el mayor y más inestimable de los dones, el divino don de la libertad”. Por su lado, Alfonso Guillén Zelaya, compañero de luchas, profería: “La patria está sobre todo. Y frente al peligro común, sólo cabe la unidad de los hondureños”.

Al cumplirse 100 años de aquel movimiento cívico, tiempo es aún de que el gobierno de la presidenta Xiomara Castro programe -en el curso del año- una serie de actividades alusivas con que se honre al propulsor del Boletín de la Defensa Nacional, “radical y sincero partidario” de la unión centroamericana y seguidor confeso de la obra liberatoria de Francisco Morazán. Como bien señalaba otro olanchano meritorio, Medardo Mejía, Turcios es digno de una estatua “que en el futuro se la levantará la patria agradecida”. Decimos en el futuro -adicionaba don Medardo- “porque antes no será posible dadas la miopía, la cobardía, la traición y la corrupción”. Si ese futuro ha llegado, además de la estatua, impónese, por ejemplo, declarar a 2024 “Año de la Soberanía Nacional” y, por su proyección constante en el campo de las letras y en general de la cultura, adjudicar su nombre luminoso al Teatro Nacional, en un inicio Teatro Cervantes, luego Casa de la Cultura y más recientemente Teatro Manuel Bonilla, caudillo político que ya tiene su monumento en el parque La Leona.

De vuelta al tema del juicio celebrado en Nueva York, vale brevemente comentar el desquite asumido por la esposa del expresidente convicto, Ana García de Hernández: aspirar a la presidencia por el Partido Nacional. Convencida de que la justicia estadounidense le ha jugado sucio a su inocente marido, espeta a Washington; ¡Seré la próximo gobernante del país, con la ayuda de Dios y la grey cachureca, y nada ni nadie alterarán mi decisión! Sin pensarlo dos veces, ha dado inicio a la correría proselitista, mientras llega el 26 de junio, fecha en que el juez Castel cuantificará la condena inflingida a Juan Orlando.

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