¿LOS SUAVES AFECTOS DEL ALMA?

ZV
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25 de marzo de 2024
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12:30 am
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¿LOS SUAVES AFECTOS DEL ALMA?

VEO que Winston y el Sisimite –mensaje de una amiga funcionaria internacional– mega madrugaron hoy; muy bueno el editorial porque da pautas sobre la vida del que hasta hace poco solo se mantenía en las alturas”. (A nosotros –responde el Sisimite– raras veces se nos pegan las cobijas, así que más bien la amiga que nos escribe es quien seguramente madrugó a leer el editorial. -Allá en esos cerros frescos –interviene Winston– usarás cobija, ya que aquí en la ciudad –la quema inmisericorde de los bosques; la candela que inconscientes le meten al campo; sin hacer la ronda, dizque limpieza de la tierra para la siembra; el daño consistente de manos destructoras al ecosistema– que hace años se quedó sin agua, los calores infernales son insoportables). Uno de los fundadores del colectivo: “Mensaje de arrepentimiento por decirle montuno al Sisimite”. “Salvaje no es el que vive en los bosques; salvaje es el que los destruye”.

(Vamos a tantear –entra el Sisimite– quiénes del colectivo aprecian la lectura alusiva a la sagrada temporada, ¿quiénes en realidad leen, y qué parte de la feligresía –disfrutando del sol panza arriba, o bronceándose panza abajo– a lo que menos dedica el tiempo es al motivo superior? Empecemos con Amado Nervo: “Jesús no vino del mundo de «los cielos». / Vino del propio fondo de las almas;/ de donde anida el yo: de las regiones/ internas del espíritu. / ¿Por qué buscarle encima de las nubes? / las nubes no son el trono de los dioses. / ¿Por qué buscarle en los candentes astros? / llamas son como el sol que nos alumbra, / orbes, de gases inflamados… Llamas/ nomás. ¿Por qué buscarle en los planetas? / globos son como el nuestro, iluminados/ por una estrella en cuyo torno giran. / Jesús vino de donde/ vienen los pensamientos más profundos/ y el más remoto instinto./ No descendió: emergió del océano/ sin fin del subconsciente;/ volvió a él, y ahí está, sereno y puro./ Era y es un eón. El que se adentra/ osado en el abismo/ sin playas de sí mismo, / con la luz del amor, ese le encuentra”. -Si se trata de un mano a mano –interviene Winston– respondo con estos versos de Lope de Vega: “En señal de la paz que Dios hacía/ con el hombre, templando sus rigores,/ los cielos dividió con tres colores/ el arco hermoso que a la tierra envía/ lo rojo señalaba él alegría,/ lo verde paz y lo dorado amores;/ secó las aguas, y esmaltaron flores/ el pardo limo que su faz cubría,/ Vos sois en esa cruz, Cordero tierno,/ arco de sangre y paz que satisfizo/ los enojos del Padre Sempiterno;/ vos sois, mi buen Jesús quien los deshizo;/ ya no teman los hombres el infierno,/ pues sois el arco que las paces hizo”.)

(Del escritor e intelectual Froylán Turcios –tiempos irrepetibles aquellos, suspiran Winston y el Sisimite, que nos dieron una pléyade de verdaderos intelectuales sin igual– estas líneas testimoniales: “Cristo fue, a mi entender, el mayor filósofo de la humanidad”. “Creo, además, en Él, en su esencia divina y en su celeste misión. Su doctrina cristaliza los más sublimes anhelos del alma y los más inefables sueños del pensamiento”. “Su figura es por sí misma inmortal en el corazón de los hombres”. “Perfumó su palabra el ambiente de Galilea, y su inocencia y su muerte perpetuaron su nombre a través de los tiempos”. “En sus máximas, en sus parábolas, en sus sentencias, en toda su enseñanza, sencilla y dulce se resumen ampliamente, los amores y los pesares y las tristezas y las ilusiones del alma ilusa y atormentada”. “En su verbo profundo y cristalino se concretan las ideas, los ideales, la emociones y esperanzas del género humano”. “Vestido de humildad y caridad; casto y puro y limpio de toda mancha terrena; bello, armonioso y seductor con su sonrisa y su mirar infantiles, con sus pies desnudos y pálidos y su frente pensadora y sus manos perfumadas y blancas como las azucenas, su imagen grabóse eternamente, como sello imborrable sobre las conciencias”. “Jesucristo predicaba la humildad, la caridad y la fraternidad”. “En sus apólogos se exalta al generoso, al inocente, al hombre sencillo de intención y de acción”. “Quería redimir a la humanidad por los suaves afectos del alma y por la pureza del pensamiento…”).

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