Presencia de bandas criminales agrava incidencia del dengue

ZV/9 de February de 2020/12:01 a.m.

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

En nuestro diario recorrido por los medios de comunicación nacional e internacional, encontramos en el estadounidense The New York Times, un artículo escrito por Kirk Semple, publicado el 31 de diciembre de 2019 intitulado: “Cambio climático y caos político: fórmula mortal en la epidemia de dengue de Honduras”. “Las temperaturas más altas aumentan la cantidad de mosquitos portadores de enfermedades en el mundo. En Honduras, la disfunción del gobierno y las bandas criminales agravan la situación.

La información fue recabada en la población de Choloma, y revela que: “Más de 400 personas murieron este año cuando Centroamérica fue azotada por una de las peores epidemias de dengue de las que se tiene registro: un tipo de brote que probablemente se vuelva más frecuente y generalizado a causa del cambio climático, según han advertido algunos científicos y funcionarios del sistema de salud pública.

Sin embargo, aunque el cambio climático amenaza con aumentar la propagación del dengue a nivel mundial, al expandir el alcance de los mosquitos que transmiten el virus, la enfermedad ya encontró un terreno especialmente fértil en Honduras, por razones ajenas al medioambiente. La Organización Panamericana de la Salud advierte que en Honduras, país que registró más del 40 por ciento de las muertes por dengue en Centroamérica este año, la disfunción gubernamental, el alboroto político y la apatía pública han agravado los efectos del cambio climático.

El dengue golpeó con fuerza el país. Este año hubo más de 107,000 casos de esa enfermedad viral -más del triple de lo registrado el año pasado- y al menos 175 muertes. En 2018, solo tres personas murieron a causa de la enfermedad en Honduras, según la Organización Panamericana de la Salud. La criminalidad abrumadora de Honduras ha empeorado la situación, pues las pandillas impiden el acceso de los equipos de personal de salud pública, los cuales se han reducido a causa de recortes presupuestarios y la falta de personal capacitado, a algunos de los vecindarios más afectados para educar a sus residentes y fumigar las infestaciones de mosquitos.

Cada año ocurren decenas de millones de casos en más de cien países. Los síntomas pueden incluir fiebre, sangrado interno y convulsiones. Si no se trata de una manera adecuada, la enfermedad puede ocasionar rápidamente el fallecimiento del paciente. En Honduras, los funcionarios de salud afirman que el inicio de la epidemia actual fue el otoño de 2018. Luego, la cantidad de incidentes se disparó de manera drástica durante la primera mitad de 2019, y alcanzó su cifra máxima este verano antes de descender a medida que termina el año.

En julio, el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández declaró una emergencia nacional de salud. Sin embargo, aunque el cambio climático amenaza con aumentar la propagación del dengue a nivel mundial, al expandir el alcance de los mosquitos que transmiten el virus, la enfermedad ya encontró un terreno especialmente fértil en Honduras, por razones ajenas al medioambiente. La Organización Panamericana de la Salud advierte que en Honduras, país que registró más del 40 por ciento de las muertes por dengue en Centroamérica este año, la disfunción gubernamental, el alboroto político y la apatía pública han agravado los efectos del cambio climático.

El brote surgió en un momento de turbulencia política en Honduras, cuando se suscitaron protestas violentas en las calles contra Hernández mientras los manifestantes exigían su renuncia. Algunas de las manifestaciones han ocurrido por temores de que el gobierno tenga planes para privatizar los sectores educativos y de salud. La nación también padece altas tasas de homicidios y una pobreza generalizada, fenómenos que se han combinado para forzar la migración de decenas de miles de hondureños en años recientes, muchos de los cuales intentan llegar a Estados Unidos.

“En otro país habría muchos enfermos, pero no tantas muertes”, mencionó Eduardo Ortíz, asesor de desarrollo sustentable y salud ambiental de la Organización Panamericana de la Salud en Honduras. “La cura para el dengue es de carácter político”. La epidemia en Honduras ha sido particularmente brutal en el departamento de Cortés, el corazón industrial del país, ubicado al norte. En esta región, la epidemia brotó casi desde el inicio y se extendió con rapidez por sus ciudades principales, San Pedro Sula y Choloma.

Cortés se convirtió en una especie de motor durante la crisis nacional, dijeron las autoridades. La enorme población migratoria -conformada por obreros de fábricas- contribuyó a propagar la enfermedad a otras regiones cuando regresaban a sus lugares de origen, de acuerdo con las autoridades”.