Francisco Alvarado, EE-MP de Honduras en El Salvador, 1871

ZV/22 de February de 2020/12:17 a. m.

Por: Ismael Zepeda Ordóñez

Después de los sucesos de abril de 1871 cuando tropas de Honduras, en complicidad con los comandantes de San Miguel y Santa Ana, derrocaron al presidente salvadoreño Francisco Dueñas y colocaron en el poder ejecutivo al Mariscal González; el gobierno de Honduras presidido por el capitán general José María Medina lanza una ofensiva diplomática para ante una eventual reacción de Guatemala y buscar estabilizar el triángulo norte para los intereses inmediatos del gobierno de Medina. Uno de los hombres de confianza de la administración, Francisco Alvarado, es enviado a El Salvador para proponer una alianza defensiva y ofensiva entre ambos Estados. La situación entre ambos países se aprecia en el siguiente documento:
“Legación de Honduras.

Confidencial San Salvador, 12 de agosto de 1871.

Señoría.

En mi correspondencia particular he pedido a vuestra merced plenos poderes y amplias instrucciones. Primero: para un tratado de amistad entre ese y este gobierno, prescindiendo de toda reclamación a que pudiéramos tener lugar, y segundo: para celebrar un pacto de confederación centroamericana, en el caso de no ser aceptado el pensamiento de fusión de Honduras y El Salvador.

He dado a usted, privadamente, mis razones y ahora paso a elevarlas al rango oficial, aunque con carácter reservado para evitar que sean publicadas. Sabe Usted, que después de una conmoción política, no todas las aspiraciones quedan satisfechas, y que esas esperanzas burladas mantienen la inquietud y siembran el descontento con la mira de conducir la sociedad a un nuevo trastorno. Dos grandes sacudimientos acaban de conmover las repúblicas de El Salvador y Guatemala; y la marcha triunfante de esas revoluciones ha operado violentos cambios en los poderes públicos de ambos Estados. Los sucesos, naturalmente, han alentado las esperanzas de los que en Honduras trabajan por un cambio, y es muy posible que reuniendo en su favor los descontentos de estos países y los que pululan en Nicaragua, formen con tales elementos un nuevo plan de trastornos en Honduras y se vea nuestra sociedad otra vez conmovida y agitada.

Cuando yo llegué a esta capital, el aspecto de nuestra situación no dejaba de ser muy grave. El gobierno provisorio se hallaba inquieto con la idea de que la administración de Honduras le era adversa, y esa inquietud la presentaban los descontentos para promover un conflicto. Mil suposiciones extraviadas se hacían de mi misión, hasta se llegaba a presumir que encerraba una mira doble; y quien mayor la juzgaba creía que era un paso político nacido de las circunstancias para adormecer. El gobierno se ha tranquilizado completamente, y lleno de confianza en la sinceridad de Honduras, se halla dispuesto a reanudar los lazos de amistad que con él le ligan. La parte industriosa y pacífica de la sociedad, desea este país como el medio más propio de evitar los males de una guerra.

Si en estas circunstancias pues, apareciere un reclamo de parte de Honduras, el descontento renacería y el peligro de un trastorno se haría más inminentes, estando invitado este gobierno por el de Guatemala para celebrar un tratado de alianza ofensiva y defensiva. Usted pesará en la balanza de su razón ilustrada estas consideraciones y les dará el valor que merecen. Respecto del pensamiento de nacionalidad, como lo propone Honduras, disipada la falsa idea que de él se habían formado; hoy ocupa toda la atención del Congreso y de los círculos políticos de esta capital, tengo motivos para creer que es muy bien acogido por la generalidad, pero temo que fracase en cuanto al punto de capital. Se necesita un patriotismo consumado para posponer los intereses de un pueblo a los de dos repúblicas.

Para ese caso, convendría llevar a cabo el plan de una confederación, en que están de lleno a entrar los demás Estados. Costa Rica ha nombrado ya su representante con este objeto, y se anuncia que de Nicaragua vendrán por el vapor del 19, los señores general don Fernando Guzmán y don Pedro Joaquín Chamorro, a virtud de invitación de Honduras.

De la concurrencia de estos representantes, debe nacer la reunión de una dieta, y para acreditar en ella mi misión, son indispensables los plenos poderes, y si es posible asociar un miembro más a la legación de Honduras, para el mejor acierto de las deliberaciones. Ruego a usted poner todo lo expuesto en conocimiento del supremo gobierno de la República, y comunicarme su resolución con este expreso.
Soy de usted con toda consideración, su atento servidor (f) Francisco Alvarado.
Al honorable ministro de Relaciones del Supremo Gobierno de Honduras.

Honduras y El Salvador: Un solo cuerpo de nación, 1871.

“En la ciudad de San Salvador, capital de la República de El Salvador, a los cinco días del mes de setiembre del año mil ochocientos setenta y uno, reunidos los plenipotenciarios de los gobiernos de El Salvador y Honduras para tratar de establecer las bases del proyecto de fusión de ambas Repúblicas en un solo cuerpo de Nación; a saber, por parte de Honduras el señor don Francisco Alvarado, ministro de Relaciones Exteriores de aquel gobierno, y por parte de El Salvador, al Dr. don Gregorio Arbizu, ministro de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública y licenciado don José Trigueros, ministro del Interior, habiéndonos mostrado nuestros respectivos plenos poderes, y encontrándolos en debida y competente forma, hemos procedido al examen del asunto que se nos ha encomendado, dando principio a este negocio en los términos siguientes: Se trajo a la vista el decreto del Congreso Nacional Constituyente del Salvador de 1º del corriente, por el cual se autoriza al Supremo Poder Ejecutivo Provisorio para que negocie con el ministro de Honduras sobre un proyecto de fusión de las dos Repúblicas, debiendo dar cuenta a la próxima legislatura del resultado de la negociación con todos los documentos del caso.

En consecuencia de esto, los ministros de El Salvador hacen presente al de Honduras, que en observancia de aquel decreto no pueden por ahora entrar de lleno en el arreglo de las bases del proyecto de que se trata, puesto que es indispensable tener a la vista todos los datos y documentos en que haya de basarse cualquier estipulación , a fin de presentar la documentación al Poder Legislativo como se previene en el decreto de 1º del corriente. Aceptada esta observación por el ministro hondureño, manifestó a los de El Salvador: que con el fin de recoger los daños y documentos que se juzguen conducentes al objeto propuesto y para encaminar al negocio a un mejor y más seguro éxito; se suspenden, por ahora, estas conferencias, comprometiéndose ambos gobiernos a acreditar nuevamente sus respectivos ministros para conferenciar y preparar la solución de este asunto, antes de la reunión ordinaria de la legislatura. En consecuencia, dichos plenipotenciarios se reunirán en el puerto de La Unión del 1º al 8 de diciembre próximo.

Se conviene, por último, por los respectivos ministros en excitar a los gobiernos que los han acreditado para que durante el tiempo que media de esta fecha al mes de diciembre, se oficie a los gobiernos de Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, a fin de que si lo tienen a bien, envíen sus plenipotenciarios en la fecha y al lugar arriba indicado para tratar de la unión de todas las repúblicas de la América Central. Con lo que se dio por terminada esta conferencia que se pondrá en conocimiento de los gobiernos respectivos, firmándose dos de un tenor para constancia. (F) Francisco Alvarado. Gregorio Arbizu; José Trigueros.

Aprobado por acuerdo de esta fecha. Comayagua, 28 de setiembre de 1871. (f) Arias.” Sello.

Fuentes:
1. Paquete de documentos de 1871. No.11. ANH. Tegucigalpa.
2. Paquete de documentos de 1871. No. 8. ANH. Tegucigalpa.
3. Valle, José Santos del. 1916. Rasgos biográficos de don Francisco Alvarado. Tipografía Nacional. Tegucigalpa.
4. Por sus relevantes servicios a la nación hondureña fue declarado “Benemérito de la Patria” en 1889 (Gaceta No 610 del 21/12/1889. Datos del Ministro de Honduras Francisco Alvarado, véase a Rafael Leiva Vivas en Diplomacia y Literatura en Honduras. Secretaría de Relaciones Exteriores. ENAG. 2005. Tegucigalpa. Pp, 15-21.
5. Para los sucesos de la guerra de 1845 entre Honduras y El Salvador, véase Revista del Archivo (RABNH) Tomo IV. Números 15-16. Tegucigalpa, 25 de noviembre de 1908. Pp, 635-636.
6. EE-MP: Enviado extraordinario y ministro plenipotenciario. Rango diplomático de alta envestidura.