Los Juegos Olímpicos sufrieron boicots (Moscú-1980 y Los Ángeles-1984), atentados terroristas (Múnich-1972, Atlanta-1996) e incluso epidemias (SARS en Atenas-2004 o Zika en Rio-2016), pero el mayor evento deportivo mundial nunca había dejado de celebrarse en tiempos de paz.