Por: Noé Pineda Portillo
noepinedap@yahoo.com
Si bien es cierto, el coronavirus, todavía nos tiene atados de pies y manos. Llegará un momento que la pandemia tenga su fin. La historia universal nos ilustra muchos casos, lo que pasa es que los virus se han descubierto apenas hace menos de dos siglos, antes que los virus, fueron las bacterias y sino pregúntenselo al espíritu del maestro Luis Pasteur, (1822-1895) que saneó la leche, por eso en su nombre la leche pasteurizada; pero el excelso maestro no se daba cuenta que existían los “virus”. A pesar de sus muchos logros científicos, fue incapaz de encontrar el agente causante de la rabia y especuló acerca de un patógeno muy pequeño como para poder ser detectado usando un microscopio cualquiera. Se debe al holandés Martinus Beijerinck en 1898 (ya había muerto Pasteur) quien nombró a la filtrada e infecciosa substancia que enfermaba al tabaco, un “virus”, y su descubrimiento se considera que fue el inicio de la virología. Ya para los inicios del siglo XX o siglo de ayer, como les decía a mis estudiantes, diversos “virus” fueron descubiertos.
Ahora nos aparece la COVID-19, engendrada por un insignificante agente patógeno que ha conmovido a la comunidad mundial y está dando lugar a un antes y un después en el proceso histórico vigente.
Por eso, en esta oportunidad estamos haciendo un recordatorio del “ciclo del agua”, como elemento sagrado de la naturaleza que viene a poner orden en la vida sobre la Tierra. También el agua es elemento esencial en la muerte de muchos virus. En favor de nuestras costumbres, en este mes de abril es cuando esperamos la famosa y estruendosa “lluvia de los chiquirines” o “chicharras” o “tocorones”. Siendo la creencia fundamentada, las lluvias más esperadas, las del 3 de mayo o “Día de la Cruz”.
Mucha gente, hasta hace pocos años, “satanizaba” los huracanes en nuestros trópicos, cuando hoy nos damos cuenta de lo beneficioso que son, por la abundante agua que nos traen, pues ellos se suceden y sucederán por el cambio estacional, lo que sucede es que el causante de inundaciones, derrumbes y otros desastres es la mano del hombre y la falta de previsión por la ignorancia de tales fenómenos. Por eso, con el cambio climático que nos está sucediendo, ahora debemos tomar con mayor cuidado las previsiones del caso.
El ciclo hídrico comienza con la evaporación del agua desde la superficie de los mares. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua; es la condensación. Las gotitas se juntan y forman una nube; luego caen por su propio peso: es la precipitación o lluvia. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más cálida caerán gotas de lluvia.
Importancia: sin el ciclo del agua los seres vivos no podrían acceder a este elemento natural ya que se volvería un recurso agotable estando en un solo estado y no moviéndose una y otra vez a favor nuestro. Por eso, el agua es vida, cuidémosla.