Los rostros de la tragedia, dolor y heroismo, ante el sufrimiento humano

MA/15 de November de 2020/01:35 a. m.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: luisgoyuela15@gmail.com

DANLÍ, El Paraíso. Cada ser humano tiene un rol que cumplir en la vida. Desde el peón, el jornalero, el obrero, periodista, médicos y otros profesionistas realizan su trabajo conforme a sus principios y valores como seres humanos.

Hay gente que tiene el concepto que los periodistas somos fríos y sin sentimientos. Pero es todo lo contrario. En los momentos más difíciles somos los primeros en estar presentes, sin importar los riesgos que haya que correr.

Lógico, esto, es solo para aquellos que ejercen el periodismo con vocación de servicio y apostolado; que aman su trabajo, que son solidarios con el dolor humano. Los periodistas también son héroes en esta dolorosa tragedia, cada imagen hecha llegar a la prensa escrita muestran las secuelas del dolor y la impotencia de la gente.

En la vida de los seres humanos algunas veces se cierne en el horizonte la sombra de la tragedia. No tenemos la total respuesta satisfactoria al problema del sufrimiento humano, especialmente cuando alcanza una magnitud terrorífica. La realidad que nadie puede negar y que muchas veces no podemos evitar es que ocurran las tragedias, las grandes calamidades que siembran el desconcierto y acarrean miseria y dolor.

Desde que existimos como personas sobre la tierra la sombra de la tragedia ha oscurecido el camino y la historia. La tragedia puede ser una catástrofe natural como terremotos, maremotos, inundaciones, tormentas, hundimientos; puede ser una voraz epidemia que siega innumerables vidas, como lo que estamos viviendo al observar los rostros del dolor a través de las imágenes que publican los medios.

En medio del dolor y el sufrimiento humano, la solidaridad de todo un pueblo que se ha volcado con ayuda y más allá, el heroísmo de los bomberos, militares; esos soldados de pueblo, humildes y acostumbrados a los rigores de la vida, son y serán los héroes de hoy, mañana y para la historia. Lo más doloroso, es que haya políticos oportunistas que aprovecen el dolor ajeno para beneficio personal. Hoy es el pueblo, pueblo, el único que en medio de esta tragedia está presente.

Esta tragedia no solo será una sombra, es un hecho tangible, es el rostro y el terror de cada víctima rescatada, es la imagen del niño que todavía no alcanza a entender la tragedia. Son esas familias que por años trabajaron para construir una vivienda que hoy no tienen nada. No solo es decir a la gente desde la comodidad del poder: “no los dejaremos solos”, este pueblo siempre estuvo solo desde el primer momento cuando se pudo haber evitado tanto dolor, el gobierno estuvo más interesado en un feriado que, en dar crédito a una advertencia.

Es cierto, desde las esferas del gobierno no se iba a detener la tormenta, pero tempranamente podrían haberse realizado las evacuaciones tal como lo hizo el gobierno de Nicaragua. Siempre estuvimos solos, y continuaremos solos ante la improvisación y la ineptitud.

Los nubarrones continuarán, son miles de damnificados sin hogar, sin patrimonio, sin tener donde vivir, con una economía destruida y lo peor, con secuelas psicológicas, porque no solo se trata de reconstruir la infraestructura, hay que reconstruir vidas, labor que le corresponde a la iglesia y a los profesionales de esta ciencia.

No olvidemos que hay una tragedia personal como la quiebra total del patrimonio económico, la desaparición y muerte de un ser querido y hasta el suicidio de los desesperados porque la tragedia parece ser la compañera inseparable de los hondureños. Hasta cierto punto al hombre le es posible evitar algunas tragedias, pero en el caso de Honduras, detrás de esta tragedia, está la incapacidad gubernamental. Es cierto, hay tragedias ante las cuales no se puede hacer nada sino sufrirlas resignadamente.

Y cuando la tragedia pasa, seguir viviendo la vida, y alentarnos con la esperanza de que siempre el mañana puede ser mejor. No importa lo que pase, no debemos perder la confianza en Dios porque es el único que no miente y prometió que estaría con nosotros hasta el fin del mundo, lo estará.

LA TRIBUNA, El País, LTV y empresarios conscientes, no son indiferentes ante este doloroso drama, estamos unidos por nuestra gente; unidos en el dolor para restañar las heridas. No será fácil pero saldremos adelante con la ayuda de Dios y la unidad de todo un pueblo y de amigos que están haciendo llegar la ayuda humanitaria.
Las imágenes con las que ilustramos este reportaje, son la expresión viva del dolor, la tragedia y el heroísmo de muchos hondureños que se arriesgaron en las embravecidas aguas para rescatar vidas.

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