Los kuwaitíes han elegido este fin de semana un nuevo Parlamento con muchos nombres nuevos y más oposición pero sin ninguna mujer entre los 50 miembros del Consejo de la Nación, en las primeras elecciones bajo el mandato del emir Nawaf al Ahmad al Jaber al Sabah, según los resultados publicados hoy.
Ayer, 574.000 kuwaitíes fueron llamados para votar en unas elecciones con una tasa de participación que se ha situado en torno al 60 %, según los datos publicados por los medios estatales, frente al 68 % de los comicios de 2016.
De acuerdo a esos resultados, hasta 31 nuevos diputados han obtenido un escaño, aunque ninguna mujer de las 33 en liza.
Safa al Hashem era la única mujer hasta ahora que ocupaba un escaño en el Parlamento kuwaití tras su reelección en 2016, aunque en estos comicios no ha conseguido los votos necesarios.
Los diputados opositores han aumentado a 24 frente a los 16 de las pasadas elecciones.
Al Sabah emitió este domingo una orden para aceptar la renuncia del primer ministro y de todo su gabinete, un procedimiento rutinario después de los comicios.
“Se acepta la renuncia del primer ministro, el jeque Sabah al Jaled al Hamad al Sabah, y los ministros del gabinete, y cada uno de ellos continuará desempeñando su cargo para los asuntos urgentes hasta la formación de un nuevo Gobierno”, informó la agencia de noticias estatal kuwaití KUNA.
Está previsto que la nueva Cámara quede constituida el próximo 15 de diciembre, según KUNA.
Pese a la pandemia de la covid-19, que ya ha afectado a unas 144.000 personas en el país del golfo Pérsico y ha causado la muerte de al menos 891, el Gobierno no ha aplazado las elecciones, ya que la Constitución kuwaití sólo permite hacerlo en caso de guerra.
Estas son las primeras elecciones desde el ascenso al trono de Nawaf al Ahmad al Jaber al Sabah, que sucedió a finales de septiembre a su hermanastro Sabah al Ahmad al Sabah, fallecido a los 91 años después de 14 al frente del país.
El emir es quien nombra al Gobierno, los ministros forman parte del legislativo, que puede ser disuelto por el monarca, pero el Parlamento puede interpelar al Ejecutivo e, incluso, puede someter a una moción de censura a los ministros. EFE