En zozobra se encuentran los propietarios de edificios, casas, bodegas, apartamentos, entre otros inmuebles, ya que la crisis económica ha esfumado como por arte de magia a aquellas personas particulares y empresarios que solían rentar estas propiedades.
La paralización de la economía nacional en el 2020, durante seis meses, debido a la pandemia de COVID-19, hizo que cientos de empresarios se resignaran a cerrar sus negocios, por lo que no volvieron a alquilar los locales donde operaban.
Y aunque los dueños de inmuebles intentan salir a flote con ofertas atractivas en el precio de renta, son muy pocos los clientes interesados, ya que a criterio de economistas, los ingresos de la población en general se han visto reducidos.
En Tegucigalpa y Comayagüela, cada día en más locales se observan rótulos en los que se leen números de teléfonos y las frases: “Se vende”, “Se alquila”.
La sobreoferta de bienes inmuebles tanto para la venta como para alquiler, anuncia, desde ya, un panorama difícil para este rubro.