En estos dos pintorescos municipios de Francisco Morazán, cuatro hermanos nacionalistas mantienen una disputa inusual por la alcaldía y de paso tienen con los nervios de punta a sus propios familiares y amigos.
En Santa Lucía, a 15 kilómetros de la capital, entre apretones de dientes, la contienda se ha decidido finalmente a favor del candidato de Unidad y Esperanza, Julio Avilez, quien ha derrotado a su hermano Carlos, postulado por Juntos Podemos.
En Curarén, a más de 70 kilómetros de la capital, la elección también ha sido de infarto. Cristóbal Rubio del movimiento Unidad y Esperanza derrotó a su hermano Reinaldo, postulado con Juntos Podemos.
El primero era regidor y el segundo es alcalde actual. Como dato adicional, los dos precandidatos son hermanos del sacerdote Carlos Rubio, párroco de la iglesia San Martín de Porres, de Tegucigalpa, y quien no pudo ejercer el sufragio por encontrarse fuera del país el día de las elecciones. De todos modos, su voto no hubiera cambiado los resultados, pero seguro quedaría en familia. (EG)