Un caballete de madera, una colección de pinceles y una paleta de colores son las herramientas de Richard Girón, un artista de la acuarela que invierte su tiempo plasmando paisajes al natural en las calles de pueblos y ciudades en Honduras.
Este paisajista asegura que la emergencia provocada por la Covid-19 no ha sido un obstáculo en su afán por plasmar en sus cuadros, ilustraciones de museos, calles antiguas, parques, monumentos, montañas y todos los lugares que lo inspiren a pintar.
Mientras toma sus pinceles y emprende una nueva obra, el artista dice sentirse orgulloso porque varias de sus obras serán llevadas a una exposición en Perú, con motivo del bicentenario de independencia.
La pandemia ha golpeado muchos rubros de la actividad económica hondureña provocando enorme desempleo y pérdidas económicas, y sin duda los artistas no han sido la excepción.
Es así que en las plazas de la ciudad y calles del centro de Tegucigalpa se observan distintos artistas exponiendo sus obras y otros vendiéndolos en las redes sociales a muy bajo costo o como dicen los hondureños “a precio de gallo muerto”.
El especialista de la acuarela asegura que creció admirando obras de grandes exponentes de la pintura, especialmente a los maestros impresionistas, y que ahora uno de sus objetivos es que otros jóvenes pintores incursionen en este tipo de técnicas para de esta forma impulsar el arte en el país.