Los futbolistas de élite como Neymar o los de su categoría, tienen el privilegio de tener una vida laboral de entre 15 y 20 años y luego, si así lo desean, retirarse y no trabajar nunca más. Sin embargo, a muchos les gusta seguir vinculados al fútbol, por lo que deciden transformarse en entrenadores, dirigentes o integrar algún programa de televisión.