En éstos días cuando la pandemia causada por el COVI 19 en un peligroso rebrote originado más que todo por la irresponsabilidad ciudadana que en eventos políticos y de recreación en las vacaciones de la Semana Mayor, desatendieron el uso de las mascarillas, el distanciamiento físico y la higiene manual, han desbordado la capacidad de los hospitales capitalinos públicos y privados, queremos hoy hacer historia de los Hospitales, Clínicas y Centros de Salud que en la vieja ciudad comenzaron a operar desde finales del Siglo XIX.
El primer Hospital General de Tegucigalpa data de 1882 en el gobierno del Dr. Marco Aurelio Soto, edificación que se le confió al maestro constructor italiano Don Emilio Montessi en el Barrio Abajo (FOTO 1) inmueble que sirvió para tal fin hasta 1926, reconstruido en 1942 para destinarlo a ser sede de varios Ministerios y hoy convertido en el Museo de la Identidad Nacional.
Después de los sucesos de la revolución de 1924 las autoridades se enteraron que aquel Hospital no reunía las condiciones de asepsia y no contaba con requisitos por estar céntrico en la ciudad.
Por ello en 1926, se trasladaron camas y equipos a un Asilo para Indigentes que se había construido en una propiedad donada por Don Trinidad Rivera en el sector conocido como Sabanagrande y que le habían dado el nombre de San Felipe patrono de los enfermos y los pobres, el gobierno instaló en ese lugar el Hospital General “San Felipe” (FOTO 2).
La ciudad crecía a finales de los años cuarenta y el estado sólo tenía al servicio de la ciudadanía el San Felipe.- Empezaron a surgir las clínicas muchas de ellas con un número limitado de camas para pacientes privados que empezaron a conocerse como Casas de Salud como la de las monjitas carmelitas que bajo la dirección del Dr. Napoleón Bogran (FOTO 3) abrieron en La Ronda y que al trasladarse a Palmira se convirtió en el Hospital El Carmen.
En los años 40 el galeno estadounidense Roy Nutter fundó en la parte superior del llamado Barrio Casamata un espacioso hospital con clínicas donde atendían distinguidos médicos hondureños, en esta estribación de El Picacho opero el Hospital Viera (FOTO 4) hoy con modernas instalaciones en el Barrio La Ronda.
Por esa misma época el Dr. Salvador Paredes con unas misioneras alemanas, abre un centro policlínico en Comayagüela con destacados galenos especializados como los doctores Gómez Márquez, padre e hijo, nominando el centro de salud como “La Policlínica” (FOTO 5) hoy uno de los más prestigiados hospitales de la capital.
En los años cincuenta para poder atender a los afectados por la tuberculosis y sacarlos de la Sala destinada en el San Felipe, se construyó en un predio próximo al San Felipe, el Asilo que después se convirtió en el Hospital del Tórax (FOTO 6) y que en ésta pandemia ha sido para las víctimas del virus un paraíso de salud gracias a los médicos y personal del centro.
En los años cincuenta también en Comayagüela funcionó el Hospital CMQ ubicado entre la Calle Real y la Primera Avenida de ciudad gemela que conforma el Municipio del Distrito Central.
El Dr. Ramón Alcerro Castro y otros distinguidos galenos entre ellos el Dr. Hernán Corrales Padilla y el joven galeno Manuel Octavio Suazo fundaron el La Granja el “Centro Médico Hondureño”.
Dos obras de la administración del Dr. Ramón Villeda Morales fue la construcción del llamado en un inicio el Hospital Materno Infantil (FOTO 7) inaugurado en el gobierno militar del Gral. López Arellano y el que hoy conocemos como el Hospital Escuela dependiendo de la UNAH y el Hospital del IHSS después de haberse emitido la Ley de Seguridad Social en el Barrio Abajo, ahora con hospitales en La Granja y en Santa Fé en la capital (FOTO 8)
Otro Hospital que el Instituto de Previsión Militar abrió en los predios cercanos a las unidades castrenses en el sector suroccidental de la ciudad, el “Hospital Militar”, Más recientes el Hospital estatal de Especialidades María y de los privados el “San Jorge” con instalaciones en el Barrio La Granja (FOTO 9) y en el Colonia Hato del Medio.
Y para no causar olvido nos referimos al cierre de ésta columna semanal del Hospital Neuropsiquiátrico “Mario Mendoza” destinando a atender a los pacientes con afecciones mentales.
En los públicos y privados, un reconocimiento a médicos hombres y mujeres, enfermeras y en enfermeros, personal auxiliar y a todos los que en primera línea están librando la batalla frente a un invisible y minúsculo enemigo que ha sembrado dolor y luto en la sociedad hondureña.
Hasta la próxima semana.