Alianzas fracasadas

MA/11 de May de 2021/01:23 a.m.

Nery Alexis Gaitán

¡Qué difícil es hacer comprender a los políticos que el país y sus habitantes son primero! ¡Que el bienestar común es la prioridad; que lo único que importa es mejorar la calidad de vida de los más necesitados! ¡Que desarrollar el país debe ser primero de su accionar cotidiano!
Pero los políticos hondureños siempre anteponen sus intereses personales y de grupo; nunca son prioridad los sagrados intereses de la nación. Por eso el país está en bancarrota desde siempre y el martirio de los pobres nunca termina.

Hagan lo que hagan, siempre es lo mismo, un batallar constante por obtener beneficios y canonjías para ellos, sus familias y sus allegados. Es lo único que les importa, esa es la triste realidad. Trabajar por el bien común nunca es parte de su mezquina agenda política. Y lo malo es que los hondureños somos aguantadores y seguimos permitiéndoles que continúen saqueando al país impunemente.

Su fiesta de la corrupción nunca deja de sonar a lo largo y ancho del país. Ahora que han pasado las elecciones internas y que están definidos los candidatos presidenciales, de nuevo queda en evidencia su desamor por la patria que los vio nacer. Estos políticos de oposición, sobre todo los liberales y los de Libre, no dan el ancho para enfrentar al Partido Nacional en las próximas elecciones.
Y es que, enfrascados en sus intereses mezquinos, en ningún momento vislumbran el bienestar de las grandes mayorías. Y si desean llegar al poder necesitan establecer alianzas. Porque es obvio que la fortaleza de los nacionalistas no va a ser fácilmente derrotada.

Pero, como lo único que les interesa es llegar al poder, a costa de lo que sea, no están dispuestos a ceder la candidatura presidencial. Y, por lo tanto, no acceden a aliarse en un bloque opositor que pueda triunfar en noviembre próximo.
Como son mezquinos, y de paso soberbios, no desean compartir el poder. Prefieren irse solos a las elecciones sabiendo que su derrota es inminente, pero saben que obtendrán, vía negociaciones, una cuota de poder con mejores beneficios. Tal como lo hemos visto en el pasado. Así vemos que solo piensan en su bienestar y nunca en el del país y sus habitantes.

El panorama de los políticos de oposición no es nada bueno. El candidato liberal ha sido incapaz de unificar al partido y es obvio que muchos liberales que lo adversan, por su oscuro pasado, no votarán por él.
La candidata de Libre, alejada del pueblo, no entiende el trámite de la política y solo es una caja de resonancia del esposo, que, obsesionado con volver al poder, mantiene una férrea dictadura en el interior del partido, y solo su familia puede acceder a los cargos importantes. Pero este partido de izquierda se encuentra de capa caída, ya que su programa político de instaurar una Asamblea Nacional Constituyente o modificar nuestro sistema democrático, ya no es bien visto por la hondureñidad. Y por su accionar en los últimos años solo ha demostrado que en nada se diferencia de los demás partidos políticos.

El endiosado, Salvador Nasralla, si no va a la cabeza de la alianza, también prefiere irse solo a las elecciones generales, creyendo ilusamente que tiene un alto porcentaje de votantes a su favor, sin darse cuenta que su errado proceder lo ha hecho perder credibilidad.

Así que estas posibles alianzas solamente están motivadas por la toma del poder, sin tomar en cuenta los intereses de los demás partidos o los intereses de todo el pueblo hondureño. Al fin, son políticos sin calidad, no se puede esperar nada bueno de ellos.

Sería excelente que se aliaran en contra de la corrupción y a favor de mejorar la vida de los más necesitados. Es la única alianza que en realidad importa. ¡Pero es como pedirle peras al olmo!