A LeBron James le encanta que sus equipos se comporten como una familia. Con él son habituales los planes que involucran a toda la plantilla para crear un ambiente de grupo idóneo de cara a lograr objetivos deportivos. Uno de sus favoritos es el tradicional entrenamiento que organiza antes de la pretemporada oficial y al que suelen acudir la mayoría de los integrantes del grupo.
El mismo que celebró en 2019 en Las Vegas con el principal objetivo de empezar a meter a Anthony Davis en dinámica y que terminó un año después con el anillo de los Lakers. El mismo que tuvo que suspender el año pasado por culpa de la constricción del calendario.