Sobre la figura de la corrupción

ZV/24 de February de 2022/12:02 a. m.

Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.

Este es uno de los temas que en los últimos años ha tenido una connotación de primera, no solo a nivel de nuestro país, sino en el contexto internacional, con los consiguientes efectos dañinos o lesivos para la sociedad en general.

La corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales. La corrupción refiere a algo que se ha echado a perder, que pasa a un estado de pudrición o perversión. Por lo tanto, alterándose las propiedades básicas y pasando a ser mucho más turbias y negativas.

¿Y cuáles son las principales características de la corrupción? Los estudiosos del tema, puntualizan: 1. Abuso de poder, que se expresa mediante el uso de oportunidades desde posiciones públicas o privadas, para obtener beneficios grupales o personales; 2. Carencia y/o debilidades de los procedimientos y mecanismos institucionales, que garanticen la transparencia en el ejercicio de las funciones; 3. Debilidad en los marcos legales que tipifican y sancionan la corrupción administrativa pública; 4. Reforzamiento de las actitudes individualistas y el consumismo, sustituyendo los valores éticos, como la solidaridad, honestidad y responsabilidad; 5. La impunidad en que se encuentran los actos de corrupción, sobre todo en la administración pública.

La corrupción se expresa de múltiples maneras. Algunas de sus expresiones más visibles son el tráfico de influencia y la obtención de prebendas personales. Por ello se habla de corrupción a gran escala, la que consiste en actos cometidos en los niveles más altos del gobierno que involucran la distorsión de políticas o de funciones centrales del Estado, y que permiten a los líderes beneficiarse a expensas del bien común. Además, están los denominados actos de corrupción menores, mismos que consisten en el abuso cotidiano de poder por funcionarios públicos de bajo y mediano rango al interactuar con ciudadanos comunes, quienes a menudo intentan acceder a bienes y servicios básicos en ámbitos como hospitales, escuelas, departamentos de Policía y otros organismos.

Además, se habla de la corrupción política, la que se refiere a los actos delictivos cometidos por funcionarios y autoridades públicas que abusan de su poder e influencian a realizar un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso, anticipando sus intereses personales.

Citamos algunos actos de corrupción. 1. La extorsión al amparo de altos cargos en la función pública o privada, para obligar a otras personas a hacer cosas más allá de sus funciones; 2. La falsificación de las adjudicaciones públicas. Entrañan contrataciones falsas y por fuera de las vías que la ley impone; 3. El tráfico de influencias, utilizando los beneficios o las amistades en los cargos jerárquicos para favorecer o perjudicar causas o proyectos; 4. El uso ilegal o con malas intenciones de los bienes que han sido conferidos para otro uso, con lo cual materializan sus intereses personales; 5. La falta de ética, sobre todo en altos niveles jerárquicos. Es delito que un funcionario vea un ilícito y no lo denuncie o advierta.

En nuestro país en varias de las administraciones se ha evidenciado una significativa cantidad de actos de corrupción, sobre todo en el último período presidencial, en el cual como producto del impacto del COVID-19 se materializaron una cantidad significativa de contrataciones públicas, que han sido un verdadero saqueo para el país.

En esencia destacamos: 1. Actualmente no se dispone de un conocimiento completo de expedientes jurídicos que abarquen el fenómeno de la corrupción en su totalidad. Esto no se debe únicamente a la existencia de un campo inexplorado, sino también a la carencia de modalidades de registro de los casos de corrupción que sean apropiadas y diferenciadas; 2. Al hacer la evaluación del fenómeno de la corrupción no se debe pasar por alto que todavía este campo delictivo próspero en la clandestinidad; 3. Un múltiple bloque de causas, que se encuentran en la sociedad, ha favorecido la aparición de la corrupción y dificulta su destape. El destape de los delitos de corrupción no debe ser cosa de la casualidad. Callar, o hacerse de la vista gorda, fomenta el incremento del fenómeno de la corrupción, cuyos síntomas percibimos aisladamente. 4. Debe existir la conciencia de que la corrupción puede aparecer en todas partes y en todo momento. Sin embargo, el tema no debe ser tratado como tabú ni debe ser tampoco ideologizado. 5.
Las estructuras sociales y los valores socialmente aceptados se encuentran en un proceso de transformación.

Los bienes materiales están en primer plano. Los técnicamente posibles y los resultados económicos son los parámetros de evaluación. Los aspectos éticos y morales ocupan un segundo plano. Se admira a quien simplemente se enriquece. Conceptos como el bien común o civismo han degenerado hacia fórmulas vacías. Se ha ido perdiendo la idea de que los delitos, por insignificantes que sean, son delitos.

E-mail: jorge.mara@yahoo.com
jorgermara@gmail.com