Día Mundial del Medio Ambiente

ZV/5 de June de 2023/12:53 a. m.

Por: Rodolfo Dumas Castillo

Hoy se conmemora el cincuenta aniversario del Día Mundial del Medio Ambiente. Lamentablemente, después de medio siglo desde que las Naciones Unidas lo estableció, no hay muchos motivos para celebrar. La situación ambiental de nuestro planeta es extremadamente grave. El tiempo se nos acaba para preservar la naturaleza. Con el fin de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C durante este siglo, debemos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero antes del año 2030. La falta de acción resultará en un aumento del 50% en la exposición al aire contaminado durante esta década, además de una posible triplicación de los desechos plásticos que llegan a los ecosistemas acuáticos para el año 2040.

Por supuesto, estos desafíos no son los únicos, ya que existen otros de igual gravedad que deben abordarse con todas las herramientas que la inteligencia humana respaldada por la tecnología puede ofrecer. El éxito en gran medida dependerá de generar suficiente conciencia en nuestras sociedades acerca de las formas de consumo, así como de la responsabilidad de las empresas en sus modelos de producción, que deben buscar un menor impacto ecológico. Los gobiernos también tienen una alta cuota de responsabilidad, especialmente mediante la promulgación de legislación que castigue de manera severa los delitos ambientales, la implementación de medidas de vigilancia en las zonas naturales, la protección de áreas vulnerables y una estricta preservación de la biodiversidad. En definitiva, esta tarea requiere del esfuerzo y compromiso de todos.

Durante décadas, las actividades humanas han estado alterando nuestro planeta, ocasionando pérdida de la biodiversidad sin precedentes. El deshielo de los glaciares, la reducción a la mitad de los arrecifes de coral y la pérdida masiva de bosques son solo algunos ejemplos preocupantes. Nos encontramos al borde de una extinción masiva y, si continuamos por este camino, las consecuencias para la humanidad serán devastadoras. Existe el riesgo de que los sistemas alimentarios y de salud colapsen debido a la pérdida de biodiversidad.

En Honduras los efectos del cambio climático se han manifestado durante mucho tiempo, pero la acción estatal y la conciencia ciudadana han sido muy limitadas. Un claro ejemplo de esto es la continua contaminación del Lago de Yojoa durante años, sin ninguna misericordia, lo que ha llevado a la necesidad de que el gobierno tome medidas drásticas para intentar recuperar esta joya nacional. El proceso de recuperación no ocurrirá de la noche a la mañana, ya que el daño es profundo y los ecosistemas requieren tiempo para sanar. Sin embargo, existen medidas que se pueden implementar para acelerar el proceso de recuperación, y esperamos que esto ocurra en el caso de nuestro querido lago.

En todas las regiones del país se observan graves deterioros ambientales. En el sur, hay extensas áreas de sequía extrema, lo que representa una amenaza para la seguridad alimentaria y un obstáculo adicional para el desarrollo del país. En las zonas centrales, el mayor daño proviene de la deforestación, la que parece estar fuera de control y nos está dejando sin bosques, con consecuencias desastrosas para la fauna. En el norte, los manglares, que actúan como una barrera natural durante tormentas, ya exhiben sustanciales deterioros. También son notables los daños en los arrecifes de coral, cuyo valor ambiental es incalculable y que además ofrecen un atractivo turístico que podríamos perder. No podemos pasar por alto la terrible contaminación que sufre la zona de Omoa, con grandes corrientes de basura que provienen de Guatemala; toneladas de plástico y residuos sólidos inundan sus playas, desalentando el turismo y causando un daño inmenso a la vida marina de toda esa área.

De parte del gobierno será importante impulsar la transición energética, sustituyendo la dependencia de combustibles fósiles por fuentes renovables (solar, eólica, etc.). También será vital educar a la ciudadanía en el uso racional de la energía, métodos de ahorro y evitar prácticas inadecuadas como la deforestación, las quemas o la incorrecta disposición de la basura (dolorasamemte visible en nuestras ciudades). Esta situación extrema exige nuestro compromiso y acciones permanentes para detener la destrucción de nuestro planeta.

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