Poder político del refundacionismo socialista

ZV/1 de April de 2024/12:02 a.m.

Por: Marcio Enrique Sierra Mejia

Con el triunfo electoral de la candidata Xiomara Castro y su ascenso a la presidencia de la República, los marxistas adquieren capacidad de decisión y conducción de la sociedad, de la gobernante y de los funcionarios encargados del Estado. Logran acceder al poder que siempre anhelaron, desde que se instauraron los partidos marxistas comunistas en Honduras y que, hasta entrada en la época post moderna (1990 en adelante), logran unificar posiciones para crear el Partido Libre. Hoy por hoy, tienen la autoridad y el dominio de la ciudadanía, de tal manera que la pueden obligar a actuar de un modo determinado o, por el contrario, impedirle que lo hagan.

El poder político del marxismo refundacional es coercitivo, imperativo y peligroso a la vez, porque como puede usarse con fines positivos, para impedir la delincuencia, también lo aplica con fines negativos para silenciar a los rivales políticos, utilizando el ordenamiento jurídico a su antojo represivo y, lamentablemente, contando con la complicidad de una oposición de líderes empresariales y políticos de la derecha que prefieren la mudez y el oportunismo económico, en vez de enfrentarlos con hidalguía patriótica.

Los refundacionales marxistas entienden el poder político como la fuerza conquistada para imponerle a la sociedad un patrón de conducta obediente al Estado y al lineamiento político socialista que dicta la cúpula que conduce al Partido Libre. De ahí que mueven el actuar gubernativo, para tener el control del Congreso Nacional e imponer leyes que favorecen su interés particular y rechazar las iniciativas que proponen sus adversarios, igualmente, controlan la Corte Suprema de Justicia a fin de implantar una persecución política selectiva, a través de acciones judiciales que atemoricen a los líderes opositores y hasta manipulan a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, al imponerles lineamientos que les aseguren su accionar sin temor a una resistencia por parte de estos estamentos.

En términos generales, el poder político de los marxistas refundacionales aglutinados en el Partido Libre en Honduras se caracteriza por lo siguiente:

1. Aprovechan la autoridad para imponer en las instituciones gubernamentales directrices políticas que inducen modos operativos de control y organización ciudadana.
2. Es detentado por medio de un nepotismo familiar en el que participan también familiares de los dirigentes del Partido Libre.
3. Es coactivo (violencia) y coercitivo (castigo) y funciona por obligación: a través del Estado obligando a los ciudadanos, principalmente a los políticos, a actuar en función del lineamiento que establece el coordinador del partido y que la presidente acata.
4. Es ejecutado por medio de las instituciones y organismos del Estado, que tienen bajo control político directo, sin respetar la independencia de poderes.
5. Tiende a la ilegitimidad al ejecutar acciones en beneficio del interés político que tiene el Partido Libre, cayendo en actitudes tiránicas.
6. Ejerce control político en los asuntos jurídicos, legislativos, administrativos y diplomáticos de la nación.

Actualmente, el poder político marxista que ejerce el Partido Libre, ha creado distención en el tejido social de Honduras con el poder económico que proviene de la acumulación de capitales propio de los sectores privados. Están ejecutando acciones contraproducentes que afectan las condiciones para atraer inversiones internacionales y politizan las relaciones diplomáticas en función de negociaciones con países del bloque socialista comunistas.

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