Educación financiera

ZV/13 de April de 2024/12:02 a. m.

Por: Elvia Elizabeth Gómez*

Dicen que lo que no cuesta no se valora y que solo el que carga su peso comprende realmente el valor de las cosas. Dos grandes verdades que nos empujan a reflexionar sobre la importancia de la educación financiera.

Los padres asumimos una gran responsabilidad en el momento en que nuestros hijos nacen. Debemos ocuparnos de cubrir sus necesidades y de irles formando en la medida en que crecen. Por ello es de vital importancia que estemos conscientes de que no hay cosa que eduque más que el ejemplo que les damos.

Enseñarles a valorar lo que tienen y a no menospreciar lo que reciben es una tarea titánica en esta época cargada de una poderosa maquinaria de marketing que se encarga de crear necesidades y de posicionar en la mente de todos, productos que no son necesarios para tener una vida saludable pero que determinan una posición dentro del complejo mundo de los que tienen y los que no tienen.

Ahora, es muy común escuchar a un niño usar la palabra “necesito”, para referirse a algo que ha visto en anuncios, en redes sociales o que ha sido comentado entre su círculo de amigos.

Lo anterior ha empujado a que muchos padres consideren que lo mejor para sus hijos es darles lo que “necesitan” en lugar de enseñarles que no siempre se puede tener todo lo que se desea y que en muchas ocasiones se tendrán que hacer grandes esfuerzos para obtenerlo.

Por ende, es importante tener claros estos dos conceptos: valor y necesitar. La Real Academia de la Lengua Española nos presenta trece diferentes definiciones de valor, las cuales están en función del contexto en que se utilice la palabra. Para este caso particular tomaremos dos de ellas: “valor es la cualidad de las cosas, en virtud de la cual se da por poseerlas cierta suma de dinero o equivalente. Grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite.”

Educar a las nuevas generaciones en la importancia de distinguir la diferencia entre ambas definiciones permitirá conservar la fe en que las generaciones por venir podrán resistirse a la influencia de una sociedad de consumo, en la cual se inculca que el acumular bienes, el estar a la moda y el contar con todo lo que se ha establecido en los parámetros del mercado define el éxito. Nada más errado, incluso el gran emperador Alejandro Magno, según el mito que rodea a su muerte, hizo tres peticiones a sus más cercanos, una de ellas fue que “Todos los tesoros que había acumulado en sus 13 años de conquista, que formaban varias fortunas en forma de oro, plata, piedras preciosas, joyas… debían ser esparcidos por el camino que llevaba a su tumba.”

La interpretación de tal solicitud ha sido que, lo que quiso demostrar a su pueblo fue que toda la riqueza acumulada en la vida se queda en el mundo terrenal, acumular y no disfrutar de las pequeñas cosas hace que se viva una vida vacía y sin propósito, si no se comparten los logros con quienes nos rodean y no podemos ser solidarios con el prójimo, no hemos aprendido nada acerca de la riqueza.

El otro concepto es el de necesitar, La Real Academia de la Lengua Española lo define como “Tener necesidad de alguien o algo.” Llama la atención escuchar a un niño de 6 años por ejemplo decir que necesita tener ese juguete en particular, o inclusive expresar que necesita un teléfono móvil. ¿Para qué necesitaría un niño un teléfono móvil? El problema es que en las carreras del día a día este pequeño aparato se ha vuelto una niñera para ellos, los entretiene y al mismo tiempo les crea una necesidad que a la larga termina convirtiéndose en una adicción, pueden pasar horas pegado a un aparato electrónico, una Tablet, una computadora o una consola de videojuegos y poco a poco quedan atrapados en esa vorágine.

Un niño necesita tiempo de calidad, necesita ser escuchado, necesita que el poco tiempo que queda disponible jueguen con él, se le permita correr, se le permita ser niño. Un niño necesita entender el verdadero significado del valor y de la necesidad.

*Profesora universitaria