¿LE CHIMA EL ZAPATO?

MA/7 de May de 2024/12:25 a.m.

EL reemplazo de última hora del “loco” Martinelli –inhabilitado tras condena judicial por blanqueo, asilado en la embajada de Nicaragua, evadiendo la cárcel, desde donde dirigió la campaña de su delfín por redes sociales– gana las elecciones con un 34% de los votos. Mulino, secretario de Seguridad durante el período presidencial de Martinelli, era el segundo abordo. Lo primero que hizo el ganador fue ir a la embajada nicaragüense a agradecerle a su padrino. (Lo más probable como pago –mientras manosean las causas en los juzgados–que reciba el salvoconducto para viajar a Nicaragua. Mientras dure la amigable relación. En Panamá no hay segunda vuelta, se gana –como sucede aquí–, con mayoría simple. Así qué, con mínimos porcentajes del total de electores, se sacan el premio gordo). Mulino –compañero en la fórmula– entra de reemplazo de su jefe tras su inhabilitación. Sin embargo, el relevo fue impugnado por los opositores “al no haber pasado por primarias ni tener vicepresidente en la nómina”. Pero la Suprema, hace dos días, avaló la postulación.

El presidente Laurentino Cortizo, del PRD, “sale abucheado por el escandaloso pago de jugosas becas a políticos y sus familiares”. “Deja un déficit fiscal de 7.4%, una deuda pública de $50,000 millones y un sistema de seguridad social colapsado”. “En el país con uno de los mayores PIB per cápita de Latinoamérica hay comunidades sin agua potable, luz, servicios de salud y hasta de recolección de basura”. El candidato oficialista quedó en la cola de la cola. Poco reparan en las bromas que juega la política. La carga negativa por corrupción que pesa sobre el oficialismo –irónicamente– no la sufre igual la candidatura de oposición. Martinelli, imputado también por espionaje telefónico y sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, no solo goza de popularidad, sino que logra traspasar esos favores a su delfín. “Ah –expresaban muchos panameños al momento de manifestar preferencias– es cierto que “el loco” robó, pero hizo”. “Durante los dos primeros años de ese gobierno, Panamá tuvo la economía de mayor crecimiento en América Latina, en parte gracias a la edificación de grandes obras de infraestructura como la ampliación del Canal de Panamá y la primera línea del Metro en la capital del país”. Los opositores –si por su gusto mueren que los entierren parados– dividieron el voto anti-Martinelli.  Pero así es la estupidez política, pesa más el ego que la estrategia, y cada cual lanzó su candidatura. Lombada recibió el 24.8% de los votos, el expresidente Martín Torrijos 16%, el excanciller Roux 12%. La mala gestión de Cortizo fue ruinosa. Así lo muestra el resultado electoral. “Panamá sufre los embates de una arraigada corrupción, una sequía fluvial que redujo el tránsito de buques por el canal –el alma motora de su economía– y una ola de migrantes”.

(¿Y no es –entra el Sisimite– que la última vez que hicieron una encuesta entre los panameños, la corrupción salía como preocupación, en primer lugar? -Pues fíjate –responde Winston–habría que sopesar si sobre eso es de lo que más se habla, o lo que más le preocupa a la gente. -Entonces –interrumpe el Sisimite– vos lo que insinuás es que eso contestan porque es de lo que más escuchan hablar? -No es eso lo que he dicho –responde Winston– varias cosas inciden. Más bien pareciera que la gente contesta lo que presume que es popular responder, pero la realidad, en sus adentros, brinca dónde le chima el zapato. También la inclinación de muchos no es por lo mejor, cuando no hay mucha cosa buena de donde agarrarse, sino por lo menos malo; allá en la calle dicen lo menos peor. O sea, vota por quien supone va a resolverle su problema personal, o en contra del que no se lo haya resuelto).