Maga 2

ZV/10 de May de 2024/12:02 a.m.

Por: Lorenza Durón

“Gritar racista no resuelve el problema, entrega las futuras elecciones a alguien que sí va a resolver el problema, y quien, te prometo, no va a ser de tu agrado.”
-Bill Maher
(epígrafe, pero también fe de erratas)

En los Estados Unidos se concentran pensadores y tendencias culturales que conducen la evolución de nuestras sociedades. La producción científica, académica, literaria, arquitectónica, tecnológica, musical, mediática, audiovisual y hasta el contenido corrupto y profano tienen una razón que se despliega en el mundo. Series futuristas como Los Jetsons, The Matrix y Terminator parecen haberse manifestado de alguna forma. Las notas de la Sinfonía Agridulce de Verve mecen las cabezas de milenials y el estribillo your job´s a joke, you´re broke, your love life’s DOA. A lo que este trópico desesperanzado responde con El Niágara en bicicleta y Mis ojos lloran por ti.

El otrora faro de la libertad y las posibilidades, un concepto metafísico más que una nación, la América y la Constitución de los Padres Fundadores se concibe desde la virtud de los ciudadanos, presuntamente regidos por sistemas de moralidad cristianos. Ahora los políticos y medios tendenciosos acompañan la palabra “cristiano” con “nacionalista” para embarrarla de intolerancia porque han cedido al impulso teofóbico de la agenda ideológica global que acaba por desintegrar la familia y el tejido social. No se puede negar que históricamente los cristianos han sido más inclusivos y religiosamente tolerantes que otras sociedades, comenzando por el Edicto de Milán decretado por Constantino que fomentó la libertad de cultos en el imperio romano. La última vez que se usó la fuerza para hacer prevalecer normas cristianas fue la Inquisición. (en España condenó a 3000 en 350 años, versus los 7000 sacerdotes, monjas y sus “simpatizantes” que mataron los extremistas intolerantes en tan solo unos meses de los años 30). Hasta el más famoso ateo, Richard Dawkins, se considera culturalmente cristiano porque el cristianismo, dice él, es fundamentalmente decente. But I digress.

Como consecuencia de la decadencia nihilista, pocos se forman en las capacidades necesarias para construir la civilización. Los más optimistas aseguran la incertidumbre en activos bancarios derivados y la prevalencia global de su moneda. Parecen no estar preparados militar, cultural y económicamente en la nueva iteración de la Guerra Fría (o tibia). Los paradigmas de la era soviética les han impedido el éxito real en conflictos armados fuera de arrasar en países cuya feroz motivación compensa su poca capacidad tecnológica y militar. Envueltos en la turbulencia geopolítica, han descuidado a su población y a las naciones que hemos sido históricamente amigas. Las potencias adversarias, mientras tanto, educan a sus ingenieros, se industrializan, protegen sus economías productivas y su cultura.

En el escenario hipotético que, de acuerdo con la teoría de circulación de la élites de Pareto, la argolla de millonarios de Silicon Valley alcance la dirección política a través de Vivek Ramaswamy en la fórmula de Maga en el segundo intento por una segunda presidencia, hay indicios que van a orientar esfuerzos en la región americana. Bien por Próspera, la república de El Salvador y cuantos se sumen a la visión faustiana del crecimiento económico que inspira a la presunta nueva élite. La abundancia de recursos energéticos y tecnológicos del ingenio innovador de la humanidad, una nueva ruta comercial y fuentes de potencia en este continente, por ejemplo, deberían ser más interesantes que el negocio de la reconstrucción de Ucrania. Y aunque hagan la fuerza por volver a hacer grande la nación, cargarán con el sambenito de la caída del dólar, estanflación y disminución del PIB… hasta que toquen fondo. (Sigh)