Por: Oscar Armando Valladares
En el homenaje que tuvo a bien tributarme la Universidad Nacional Autónoma de Honduras -el primero de diciembre de 2023-, traje a la memoria el nombre del Dr. René Sagastume Castillo, durante cuya gestión rectoral comencé a laborar en el ámbito cultural de la ciudad universitaria. En la entrevista inicial tuve el tacto de aclararle que durante mi trayecto estudiantil activé en el Frente de Reforma Universitaria (FRU) y no en el Frente Unido Universitario Democrático (FUUD) con el que guardaba afinidades políticas. -Lo sé, me dijo amablemente; sé que es muy amigo de Jorge Arturo Reina, quien también es cercano amigo mío. Lo que deseo -argumentó en seguida- es que usted me colabore en la promoción de las actividades de nuestra universidad y mejore de paso su imagen institucional.
Luego de ser presentado en sesión del Consejo Universitario –con un cálido recibimiento por parte del rector Sagastume y del vicerrector Roberto Bográn Idiáquez, di inicio a la tarea, negociando de inmediato con la gerencia de La Tribuna, a cargo del ingeniero Manuel Acosta Medina, una página semanal informativa, vigente por un buen tiempo. Pese a la reticencia sectaria de algunos miembros del Frente Unido, el rector mantuvo indemnes su aprecio y confianza al punto de comentarme -con su voz sosegada, tranquila- tramos de su participación en el Partido Nacional, en ocasiones cuestionadora. ¿Sabe usted, me dijo cierta vez, por qué no comulgué políticamente con Ricardo Maduro? Porque cuando fui presentado a él, se identificó como panameño.
Durante su gestión -del 7 de julio de 1991 al 7 de julio de 1997- no dejaron de aflorar conflictos con el sindicato y paro de labores por el lado de la asociación de docentes, principalmente a resultas de demandas salariales dificultadas por el reiterado incumplimiento de la asignación presupuestaria del 6% constitucional. Casi al cierre de su actividad administrativa, fueron homenajeados 200 galenos que, en más de ocho años, habían impartido ad honórem clases de postgrado en la Facultad de Ciencias Médicas y honrados asimismo más de 50 catedráticos con al menos 25 años de labor docente.
Al aproximarse la fecha celebratoria del 150 aniversario de la universidad, el Dr. Sagastume aprovechó su pieza discursiva para efectuar a fondo una evaluación tanto de la sociedad, como de la UNAH y del gobierno. Subrayó que “la sociedad, el pueblo y los gobiernos -exceptuando las luchas de Francisco Morazán- no han tenido un criterio definido acerca de cuál es el modelo de país y de Estado que conviene construir”. A factores internos y de procedencia externa, “se debe que, en vez de crecimiento y desarrollo lo que campea en el país es el atraso y la dependencia”; “y lo realizado hasta ahora resulta insuficiente”. Señaló que “en los últimos tiempos la UNAH es testigo de los retos nacionales ante las exigencias de la globalización económica y la imposición del capitalismo como sistema único en un mundo sumido en abismales contrastes económico-sociales”. En procura de eliminar errores y corregir faltas, es forzoso -decía- que la UNAH asuma también la responsabilidad de sentirse no la fuerza que ha de transformar radicalmente a la sociedad, pues eso entrañaría su ruptura con ella, sino ser ella la sociedad misma que se quiere transformar y modificar y, en consecuencia, “para transformar a la sociedad, la universidad -que participa de sus atributos y defectos- debe empezar a cambiar primero”.
Así pensaba el rector número 42 que tuvo nuestra entidad autónoma, cuyo reciente deceso hemos hondamente deplorado. Tuvo, además, la visión de sentar en la silla rectoral a la doctora Ana Belén Castillo de Rodríguez, rompiendo con ella el severo monopolio varonil iniciado en 1847 con el presbítero José Trinidad Reyes. ¿Sirvió de algún modo este antecedente histórico, para que -en 2021- accediera a la presidencia de la república la primera figura femenina, Xiomara Castro Sarmiento? A lo mejor, quizá, talvez.