La Diosa Razón

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4 de enero de 2020
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12:01 am
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La Diosa Razón

Por: José María Díaz Castellanos
Catedrático de Derecho UNAH

Edición Cívica
La razón es la facultad del ser humano de pensar, reflexionar para llegar a una conclusión o formar juicios de una determinada situación o cosa. La razón proviene del latín “ratio” que significa cálculo, razón o razonamiento. Según la Real Academia Española, “ratio” se utiliza como sinónimo de “razón”.

La razón es el argumento que una persona alega para probar algo o persuadir a otra persona. El argumento es el verdadero trabajo de los abogados.

La lógica es la disciplina encargada de descubrir las reglas que rigen la razón. Estudia la estructura o formas del pensamiento humano. Se utiliza también para referirse al “sentido común”. La lógica forma parte de la filosofía.

La razón humana es capaz de otorgar coherencia a las proposiciones, descarta falsedades y ayuda al diálogo.

El razonamiento es la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones. Según Sócrates se posee en el interior una fuente de revelación que le abre las puertas a un mundo superior. Lo que esta revelación nos entrega es la verdad. Se pasó gran parte de su vida generando discusiones tratando de determinar si alguien tenía alguna idea de lo que estaba hablando. Se le considera el padre de la ética. Su contribución más importante es el método socrático, el conocimiento de uno mismo. Asumiendo una postura de ignorancia interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones: “Solo sé que nada sé”.

Según Kant (1724-1804), en su obra “Crítica de la razón pura”, se investiga la estructura misma de la razón; la razón es la facultad de las argumentaciones, que nos permite fundamentar unos juicios con otros. Esta obra está centrada en la ética. Argumentaba que la experiencia, los valores y el significado de la vida misma, serían subjetivos si no hubieran sido subsumidos por la razón pura, y que usar la razón sin aplicarla a la experiencia, nos llevaría a ilusiones teóricas.

En la Revolución Francesa el culto a la razón y el culto a un ser supremo fue un conjunto de fiestas cívicas-religiosas que se celebraron durante el terror. Ideológicamente era una derivación de los intelectuales del siglo de las luces, donde ubicamos a enciclopedistas, incluyendo a Voltaire y Rousseau. El culto a la razón según Wikipedia comenzó en Lyon, pero se volvió radical al llegar a París y unirse a la fiesta de la libertad, celebrada en Notre Dame. El 10 de noviembre de 1793, la convención, a sugerencia de Chaumette, proclamó a la “Diosa de la Razón”, identificada con la iconografía de Sophia (“Sabiduría”). Se eligió para personificar a una mujer de nombre “Sofía”, esposa del impresor Antoine Francois Momoro. Para rendirle culto (culto de la razón), se le consagró el hasta entonces altar mayor de la catedral de Notre Dame en París. Se suspende el culto católico, debido a la presión de los radicales como Pierre Gaspard Chaumette, llevó al Comité de Salud Pública a plantearse su sustitución por el culto al ser supremo. Nace el “laicismo” como la separación de la iglesia con el Estado.

Hoy, si bien siempre hay “radicalismo” e “intolerancia”, tenemos bien definidos y en armonía, las expresiones libertad de culto y laicismo, donde ni la religión debe atacar al estado ni este puede interferir en las actividades religiosas. La masonería es hoy el bastión del laicismo, pero también de la libertad de culto. Hay respeto absoluto a todas las religiones. Gracias al Ser Supremo, en Honduras se puede hablar de Jesucristo sin ser asesinado como sucede en Arabia. No pretendamos atribuir “demonios” a los libres pensadores, gracias a ellos tenemos libertades que debemos reconocer.

Nuestro himno nacional de 1915 narra toda la historia de Honduras desde la I estrofa: “India virgen y hermosa dormías de tus mares al canto sonoro…”, pasando al descubrimiento en la II estrofa: “De un país donde el sol se levanta, más allá del atlante azulado, aquel hombre te había soñado y en tu busca a la mar se lanzó…”. En la III estrofa aparece la conquista: “Era inútil que el indio tu amado…”; en la IV estrofa la colonia: “Por tres siglos tus hijos oyeron el mandato imperioso del amo…”, llegando a la Revolución Francesa y a la Diosa Razón en la V estrofa: “Era Francia, la libre la heroica, que en su sueño de siglos dormía, despertaba iracunda a la vida al reclamo viril de Dantón. Era Francia, que enviaba a la muerte la cabeza del rey consagrado, y que alzaba soberbia a su lado, el altar de la Diosa Razón”. En total son 7 estrofas.

El papa Juan Pablo II aportó al tema con la encíclica “Fe y razón”
“La verdad puede más que la razón”. Sófocles.

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