Por Nery Alexis Gaitán
San Pablo es claro al respecto: “el que no trabaja que no coma”. El trabajo dignifica y ennoblece, hace posible que podamos obtener nuestros propósitos y metas en la vida. De la calidad del trabajo de cada quien, depende en gran medida la calidad de su existencia; el haragán siempre vivirá una vida muy pobre en todos los aspectos.
Valioso es, ante la vida, aquel que siempre hace su trabajo de la forma correcta en todo evento y en toda circunstancia, sin importar si lo miran o no; ello implica tener valores morales y espirituales. Así será un excelente ser humano, es decir un buen hijo, un buen padre, un excelente empleado, etc.
Trabajar en equipo, de una forma eficiente, es esencial para toda agrupación, empresa o país. El éxito depende de un trabajo en equipo que tenga muy en claro su finalidad. Si nos referimos a un país del primer mundo, por lo general el trabajo que ha desarrollado la población ha tenido muy en claro un plan de país previamente establecido. Así podemos vivenciar los ejemplos de Taiwán, Alemania, Japón…
Trabajo eficiente implica desarrollo, esa es la lección que nos legan los países industrializados. En Honduras ha sido norma que el gobierno entrante desconozca o elimine gran parte del trabajo realizado por el gobierno anterior. No ha existido una continuidad gubernamental encaminada hacia el desarrollo. Desde hace pocos años es que se habla del plan de país, pero ha sido poco efectivo porque cada administración, lo recalcamos, sataniza lo realizado previamente.
Hay que decir que no todo es negativo. En los últimos años se han desarrollado programas de gran proyección social que antes, o eran poco eficientes, o simplemente no existían. Así que algo bueno se está haciendo al respecto.
En la actualidad, un ejemplo eficiente de administración gubernamental es el Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi) que obtuvo una calificación extraordinaria de doble AA + HN otorgada por la firma calificadora de riesgos, Zumma Ratings, convirtiéndose en uno de los bancos del país más estables, robustos, con mayor solidez y preparado para enfrentar cualquier crisis. Esto ha sido posible por la eficiente administración de Mayra Falck, destacada profesional, quien asumió la titularidad hace dos años.
Así que cuando queremos, los hondureños hacemos las cosas bien. Este ejemplo deberían seguirlo los políticos en su totalidad. Que en conjunto deberían trabajar por el desarrollo de nuestro país. Esto es posible si se colocan los intereses de la patria antes que los intereses de partido o de grupos.
Trabajar por el desarrollo de Honduras y por consiguiente en la mejoría de la calidad de vida de todos los hondureños debe ser la prioridad. Pero aquí tenemos políticos a los cuales no les interesa que el país se desarrolle, ni se conduelen del sufrimiento de los pobres; solamente están interesados en llenarse los bolsillos con el dinero del pueblo para darse la gran vida.
Es inaudito cómo estos políticos, alejados de un verdadero trabajo por el bienestar de las mayorías, lo único que generan es caos, violencia, saqueos, destrucción de la propiedad pública y privada, etc. Lo único que podemos constatar de estos políticos desvalorados es que no aman a su país y son traidores a la patria que los vio nacer.
Es urgente que los políticos trabajen en equipo por el desarrollo de nuestro país. La agenda política de la oposición izquierdista solamente dolor y más pobreza le ha ocasionado al pueblo hondureño. No permitamos que sigan causando daño.
Honduras necesita desarrollarse en un clima de paz, dentro del contexto democrático. Asimismo deben seguirse fortaleciendo las instituciones que mantienen nuestro sistema de vida democrático.
¡Los hondureños merecemos un mejor destino en la vida!
