Ernesto Cardenal

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4 de marzo de 2020
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12:47 am
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Ernesto Cardenal

Marzo de mujeres

Por Carolina Alduvín

El recién pasado domingo, abandonó su envoltura material y partió hacia la eternidad, el poeta Ernesto Cardenal Martínez, distinguido y polifacético ciudadano de la sociedad nicaragüense, con una trayectoria de 95 años en el mundo del arte, la religión y la política. Originario de la encantadora ciudad de Granada, a orillas del gran lago Cocibolca; desde niño fue devoto y asistía a la preciosa iglesia de San Francisco, a pocos pasos de la emblemática Casa de los Leones, donde residió en sus primeros años. Estudió en Managua y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Más adelante en New York y completó su formación viajando durante dos años por España, Suiza e Italia.

Volvió a Nicaragua y decidió participar en la llamada Revolución de Abril, contra Anastasio Somoza García, intento fallido en el que fallecieron muchos de sus compañeros y amigos. Luego decidió unirse a la abadía trapense de Nuestra Señora de Getsemaní en los Estados Unidos, su mentor fue el monje y escritor Thomas Merton, cuya muerte accidental en Tailandia dejó en él una profunda huella. Abandonó el monasterio para estudiar Teología en Cuernavaca, México y se ordenó sacerdote en Managua, fundando una comunidad casi monástica en una isla del archipiélago Solentiname, dentro del lago de Nicaragua.

Viajó a Chile a visitar al presidente Salvador Allende, justo el día que fue anunciado el Premio Nobel de Literatura a Pablo Neruda, uno de los mayores influyentes en su obra poética. Colaboró con el Frente Sandinista de Liberación Nacional en su lucha contra Somoza y, al triunfo de la Revolución de julio del 79, fue nombrado ministro de Cultura, cargo en el que permaneció hasta 1987, al cerrarse el ministerio por recortes presupuestarios.

En 1983, durante la visita del papa Juan Pablo II, fue reprendido por este públicamente por formar parte del gobierno sandinista y poco después, suspendido del sacerdocio, debido a su adscripción a la llamada Teología de la Liberación.

Fundó en Granada la Casa de los Tres Mundos, junto con el actor austriaco Dietmar Schönherr; abandonó el FSLN en 1994, en protesta contra las medidas de Daniel Ortega y, más adelante apoyó al Movimiento Renovador Sandinista junto con los otros destacados literatos nicaragüenses Gioconda Belli y Sergio Ramírez Mercado. Fue nominado en 2005 al Premio Nobel de Literatura, no lo recibió y, dos meses más tarde participó en la inauguración de Telesur junto a Eduardo Galeano y Adolfo Pérez Esquivel.

Viajó a México a entrevistarse con el subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; en 2009 recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, de manos de la presidenta Michelle Bachelet. En 2010 fue elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y, en 2012 recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Hace un año, el papa Francisco dirigió una carta a Cardenal, dándole a conocer el levantamiento de la suspensión de su sacerdocio. Hace un mes ingresó a un hospital donde falleció debido a fallos renales y cardíacos. Hipócritamente, el actual régimen sandinista emitió una declaración de duelo, reconociendo sus méritos e infatigable amor a Nicaragua, luego de maltratarlo en vida por las irreconciliables diferencias que surgen entre demócratas y tiranos.

La colega nicaragüense Melba Castillo, de la Academia de Ciencias de Nicaragua, nos ha compartido su Nota de Duelo en honor al poeta Cardenal, Miembro Honorario de la ACN, señalando que en 2014 el Padre Cardenal fue incorporado a esa Academia en reconocimiento a sus extraordinarios aportes al pensamiento universal a través de su poesía y su prosa. La ACN, además de reconocer su obra literaria, celebra sus valiosos aportes a la divulgación de la ciencia a través de sus poemas. En 2019, el X aniversario de la ACN, fue reconocido por su inclaudicable lucha a favor de las libertades públicas, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos.

En tal ocasión Cardenal aprovechó para leer el último de sus poemas con un mensaje de esperanza, recordándonos que otro país y otro mundo son posibles. Termino citándolo: “Lo más importante para un país creo que es la ciencia, porque nos lleva a todo, incluso a Dios”.

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