Marzo de mujeres

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11 de marzo de 2020
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12:18 am
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Marzo de mujeres

Marzo de mujeres

Por Carolina Alduvín

En los lejanos días de escuela, cada lunes llegaba un profesor de dibujo, jamás nos enseñó a trazar líneas o a jugar con perspectivas, color o sombras; en vez de eso, nos contaba una historia y nos pedía al final de la clase que dibujáramos algo alusivo. Una de las pocas que recuerdo, es la de las obreras de una fábrica textil en New York, en las que estaban encerradas con candado cuando comenzó un voraz incendio, muchas murieron asfixiadas o calcinadas, algunas, en su desesperación saltaron por las ventanas. La tragedia ocurrió un 8 de marzo, todavía en el siglo XIX y en memoria de la fecha, se declaró años más tarde, Día Internacional de la Mujer. El recién pasado domingo, hubo miles de manifestaciones alrededor del mundo; una de las más llamativas, por su cercanía y gran poder de convocatoria fue la de la ciudad de México.

Con más de 80 mil participantes, según cifras oficiales y como objetivos, exigir justicia para las víctimas de feminicidios, el alto a la violencia de género, la erradicación de los delitos sexuales y que se haga efectiva la igualdad de derechos consignada en diversas leyes y tratados. No dejó de ser aprovechada para llevar agua a varios molinos: las propias feministas, los deudos de numerosas víctimas y los colectivos anarquistas, quienes se encargaron de hacer lucir mal el acontecimiento, pintarrajeando paredes y monumentos, agrediendo a curiosos o acompañantes de sexo masculino y actuando con similar o mayor violencia de la que paradójicamente reclaman. Entre las secuelas, hubo una fotoperiodista herida en las cercanías de la puerta principal de Palacio Nacional, a consecuencia de una bomba incendiaria y, agresiones contra las integrantes del batallón Atenea de la policía, de parte de sus congéneres manifestantes.

Como secuela programada, se decretó el lunes siguente 9M, un día en el que las mujeres se invisibilizan de las calles, centros educativos, oficinas, fábricas, comercios, medios de comunicación, hospitales y toda actividad pública; el objetivo, que se vea y se sienta cómo sería el país sin mujeres, en protesta contra la creciente ola de feminicidios, la impunidad e indiferencia con que gestionan las denuncias interpuestas a raíz de estos delitos y otros relacionados, el maltrato tradicional, la discriminación laboral y otras formas de agresión contra ellas.

Por su parte, el oligofrénico presidente, desde los días previos, comenzó con sus dislates sobre que la organizaba la derecha fifí, a descalificar los propósitos, cacarear cuantiosas pérdidas económicas “por caprichos”, amenazar veladamente y ver moros con tranchete en su contra por todas partes, tomando como excusa las demandas y determinaciones de las mujeres. Desconozco quien pudo convencerlo de sacarle partido, ya que terminó fingiéndose magnánimo al proclamar que las empleadas de todos los niveles de gobierno no serían sancionadas en caso de ausentarse de sus labores remuneradas. Igualmente ha clamado haber aislado los actos de provocación y contenido la violencia de la gran manifestación, cuando las imágenes captadas en sitio, en cuenta las que pasaron la censura, revelan lo contrario. Mientras ocurría, en diversas ciudades, se contabilizaron 11 cadáveres femeninos con señales de abuso y/o tortura.

Marzo de mujeres

Indudablemente, el actual estado de cosas no va a cambiar por un día de protestas y otro de parcial ausencia, pero al menos ha provocado que este año se hable más del asunto que en mismas fechas de años anteriores. Hay ya un minúsculo nuevo grado de conciencia al respecto; en algunas escuelas, los padres son quienes han llevado y van a traer a los niños, algunos hasta sustituyen a las maestras y cuidadoras que no se presentaron, resignadamente se han retrasado bodas y trámites administrativos en todas partes y los comerciantes reportarán el importe de las bajas en sus ventas, aunque al día siguiente las actividades hayan vuelto a la normalidad.

En Tegucigalpa, los colectivos no se quedaron atrás, en menor escala, pintarrajearon la Avenida Cervantes, corearon consignas y marcharon desplegando mantas y demandas. En los días previos, diversas casas culturales orientaron su programación al tema y las celebraciones feministas y, circulan en redes sociales todo tipo de felicitaciones a ellas. Mundialmente, las seguidoras del #MeToo celebran la condena a un conocido productor cinematográfico y, para coronar denuncias, la escritora Elena Poniatowska, confiesa en una novela que su maestro Juan José Arreola, 14 años mayor que ella, la abusaba allá por 1954 y ella no sabía qué esta pasando.

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