El empuje del hondureño, su mayor fortaleza

ZV
/
8 de mayo de 2020
/
12:22 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
El empuje del hondureño, su mayor fortaleza

Por: David Salomón Amador
MBA, Banca y Finanzas
[email protected]

En el mes de septiembre del año 1974, llegó a Honduras el huracán Fifí, golpeó con fuerza causando una serie de desastres en nuestro país, para ese entonces era un evento que tuvo como consecuencias en el país, personas fallecidas y problemas en la infraestructura y por ende en la economía, seguramente por ese entonces el país tuvo que lidiar con muchas situaciones adversas, desde temas de salud hasta problemas de abastecimiento de los servicios básicos y personas luchando en cómo salir adelante, estoy seguro que el empuje de cada hondureño en ese año, fue el principal baluarte para salir adelante y reconstruir el país, sé por charlas de mi abuela, que el impacto del Fifí fue grande y que a pesar de ello, Honduras se levantó y continuó, pareciera que en nuestra historia como país hay generaciones que les ha tocado ver situaciones de vida y han podido enfrentarlas con el ahínco y el empuje que nos caracteriza, quizás no hemos podido ver esa característica que nos lleva por la vida a luchar a diario contra todo.

En el año 1998, llegó el huracán Mitch, un segundo evento de la naturaleza que nos golpeó con una fuerza sin igual, ya muchos habíamos crecido desde el huracán Fifí y con el Mitch pudimos tener la experiencia de poder ver el desastre en vivo, ver por TV casas derrumbarse, personas llevadas por la fuerza de las corrientes de agua, inundaciones en cada parte del país, puentes destruidos, y muchas cosas más, el desastre fue de tal naturaleza, que el presidente Bill Clinton quiso ver por su propia cuenta en visita realizada a los países de Centroamérica, es así como otros líderes mundiales pudieron hacer gestiones para reconstruir el país, países como Suecia, EEUU, Japón, Taiwán, Francia, pusieron esfuerzos en la infraestructura del país, donaron fondos para reactivar la economía, y poco a poco el país comenzó un nuevo proceso de reconstrucción, todo ello no pudo hacerse sin la participación de los ciudadanos comunes que de una y mil formas apoyaron a otros en poder salir adelante, seguramente habrán historias que aun hoy retumban en nuestros oídos, de las experiencias que todos pasamos por salir adelante, sin duda el empuje de cada hondureño nos llevó a construir una Honduras diferente, una Honduras viendo el sol de cada mañana con esperanza.

En el transcurso de esta pandemia, he recibido una enseñanza de la más alta calidad de lo que somos los hondureños, tuve que salir a comprar un par de cosas en un mercadito que queda cercano, al regresar en una de las cuestas regresando a mi casa vi a un señor empujando un carrito de paletas, esos que con su famosa campana nos acercan a algo que disfrutamos siendo niños, una paleta de ice cream de vainilla o chocolate, no quise pasar la oportunidad para detenerme y buscar el efectivo que andaba, bajé la ventana y vi a un señor de unos 60 años, debidamente cubierto con mascarilla y con guantes, como los doctores recomiendan que debemos andar en este tiempo, me dijo: qué sabor quiere amigo, le repliqué ningún sabor, solo quiero entregarle esto, me sonrió y me dijo gracias, luego abrió su carrito y me ofreció un chillie willie, quizá pocos sabrán qué es, le dije: no amigo, usted debe venderla, así que no, y cerró su carreta, volvió a sonreír y me dijo: que Dios le bendiga, le repliqué, igual amigo, que pueda vender todo.

Me quedo con la imagen de este brillante hondureño que empujando su carreta un domingo, mientras muchos estamos en la comodidad de nuestra casa, él con su herramienta de trabajo, un carrito lleno de ice cream, donde lleva sus esperanzas de obtener ingresos para llevar a su casa, no importándole si el gobierno le va ayudar, no importándole si deberá caminar mucho para lograr vender su producto, no esperando que le lleven comida, este hondureño es muestra fiel de lo que estamos hechos, de empuje, de responsabilidad, de valentía, de cumplir a pesar de las circunstancias, el señor no estaba pensando que tenía que caminar una cuesta para continuar con su trabajo, estaba dispuesto a hacerlo, sin quejarse, viendo para arriba para cumplir con su meta, esos somos los hondureños, no nos dejemos llevar por la negatividad, saquemos ese empuje que llevamos dentro, debemos continuar como otros ya lo hicieron en el pasado.

Más de Columnistas
Lo Más Visto