Gotas del Saber (6)

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11 de julio de 2020
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12:00 am
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Gotas del Saber (6)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

Por: Juan Ramón Martínez

I
El 12 de julio de 1959 en la madrugada, el coronel Armando Velásquez Cerrato entró furtivamente a Tegucigalpa, con apoyo de algunos militares activos, radicados en La Paz y Comayagua, con el fin de deponer, mediante el uso de las armas, al gobierno constitucional de Ramón Villeda Morales. AVC tomó el Palacio de Comunicaciones Eléctricas, la sede de la Policía Nacional –que tomó fuego, muriendo en el incendio muchos presos por delitos menores— le puso sitio a la Casa Presidencial y se tomó la Escuela Militar Francisco Morazán, en donde instaló su comando general. Francotiradores, situados en el edificio Cantero, mantuvieron fuego constante sobre la Casa Presidencial. Los liberales, -especialmente la juventud de ese partido-, se organizaron sobre la marcha para defenderse. López Arellano, Jefe de las Fuerzas Armadas, mantuvo sus tropas en alerta; pero no las envió en auxilio del presidente Villeda Morales. En las primeras horas de la noche, los liberales, -la mayoría civiles y bajo la dirección de estudiantes universitarios- inclinaron la lucha en favor del gobierno constitucional. Hasta entonces, cuando las cosas estaban definidas, López Arellano envió tropas del Primer Batallón de Infantería a la capital. AVC, se refugió en la embajada de Costa Rica que le dio asilo, después de rápidas negociaciones. Los liberales se indignaron con López Arellano por la conducta observada, típica de un oportunista que solo habría intervenido si AVC hubiese dominado las acciones; pero no para apoyarle, sino para favorecer su postura de líder único del país, asumiendo todos los poderes. López Arellano ha sido uno de los militares más listos y hábiles que ha tenido el país. Francisco Galdámez, -ahora distinguido abogado- que entonces era estudiante de la Escuela Normal de Varones, recuerda que fueron sacados de las aulas, para dirigir el tránsito al día siguiente del intento de deponer el gobierno constitucional.

II
El gobierno de Villeda Morales, que había creado para entonces la Guardia Civil, en sustitución de la Policía Nacional la que se había plegado casi totalmente al movimiento sedicioso de Velásquez Cerrato, “el 17 de julio (de 1959), nombró al mayor Alfonso Flores Guerra, Director General de la Policía de la Guardia Civil y al P.M Agripino Flores Aguilera, Director General de Investigación” (Alexis Oliva, Gobernantes Hondureños, Siglos XIX y XX, página 55). Mario Hernán Ramírez, fue miembro del equipo de investigadores o detectives de esta oficina que, dirigía el cuñado del presidente Villeda Morales. Posteriormente, fue nombrado como director de la Guardia Civil, Marcelino Ponce Martínez.

III
El 17 de julio de 1947, en el diario La Época -citado por Alex Machuca en “Noticiario Paceño”, pagina 109- se publica “que en el hogar de los apreciables jóvenes Arturo Cáceres Ávila y su guapa esposa doña Corina, encuéntrase hoy celebrando su feliz cumpleaños la graciosa niñita Esmeralda Cáceres Ávila, primogénita de este matrimonio. En honor de la cumpleañera se reventará una pintoresca piñata. Que Esmeraldita sea siempre feliz”. Y del mismo periódico, el escritor paceño, inserta nota interesante que a renglón siguiente dice: “La Paz, 29 de julio. Una comisión de señoras de esta ciudad ha hecho llegar de Guatemala una lindísima imagen de San José, para darla a la Iglesia Parroquial. La bendición será el próximo 15 (de agosto) y están haciendo los preparativos para que resulte lo más solemne posible”. Muchos años después, el presidente Roberto Suazo Córdova, traerá de España, una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, a la que le construirá su propia capilla y será objeto de controversias políticas. El pueblo la conocerá como “la virgen del pasaporte” porque aparentemente al empresario español que la donó (Ruiz Mateos), le fue obsequiado un pasaporte hondureño.

IV
En abril 20 de 1891, la municipalidad de Tela, ante el aparecimiento de un brote de viruela, dispone lo siguiente: ( En vista que) “ en La Ceiba han aparecido casos de viruela, se ordena a los auxiliares de San Juan ( en el río San Juan al Oriente de Tela) y Buenos Aires, San Alejo al poniente y Cangelica al sur; pongan a una distancia considerable de sus aldeas, cordones sanitarios y en La Florida, un hombre para que vigile y con orden de no permitir se internen a lugares de este término, a personas que vengan del interior o de los demás pueblos de la República. Los correos ordinarios se detendrán 10 días, en lugares distantes; y si a pesar de ser requeridos insisten, se les hará retroceder sin dejar de relacionarse con los vecinos. Se nombran individuos de la Junta de Sanidad, al señor don Sigifredo Fernández, alcalde, como presidente; vocales a don Eulogio Amaya, Dionicio Ramírez, Guadalupe Reyes (moreno) y Carlos Walkley, como inteligente (curandero) a don Juan Antonio Murillo, por no haber facultativo y como secretario a don Carlos Rollof, quienes dispondrán y ejecutarán, lo que les parezca más propio para precaver el mal, en casos de invasión. Mandar a (traer) a La Ceiba, ex profesamente, la cantidad de Pus Vacuna, para proceder a inocular a las personas de todo este distrito” (Rafael Ángel Elvir, La Villa del Triunfo de la Cruz en la Historia, páginas 94 y 95). Para entonces, el gobierno no estaba tan centralizado como ahora y las municipalidades, ejercían en forma autónoma, las medidas para proteger a sus poblaciones, como actualmente, lo está reclamando el alcalde de Choluteca, Quintín Soriano.

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