SER FELIZ

ZV
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13 de julio de 2020
/
12:01 am
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SER FELIZ

UNOS días atrás, cuando lo recibimos, reenviado por uno de los amables lectores de este rotativo, tuvimos la intención de reproducirlo en esta columna de opinión. Nos referimos al mensaje de Su Santidad como ruego por la paz en el mundo entero. Valioso a creyentes, ateos o agnósticos, como a toda persona sin importar la religión o credo que profese. Pero nos olvidamos, quedó traspapelado y se nos fue por alto transmitirlo. Revisando correspondencia lo encontramos. Así que en momentos cuando todos sentimos el azote de este flagelo infernal ensañándose contra la humanidad, es cuando mayor necesidad hay de acudir a lo espiritual. Mucha de la esperanza que la pesadilla tarde o temprano pasará y vendrán tiempos mejores, consiste en no perder la fe. En llorar el luto, en lamentar las pérdidas, pero no dejar que nos derrote la adversidad. Presintiendo que estas semanas que vienen, con más contagiados y mayor número de fatalidades a las anteriores, provocará un decaimiento de ánimo sobre la ya cargada atmósfera de zozobra, estas frases inspiradas son bálsamo a la pesadez, para encontrar fortaleza de espíritu:

“Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren. Y no lo sabes pero existen personas para quien eres especial.

Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajo sin cansancio, relaciones personales sin decepciones. Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato”. “Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, tristezas, incomprensiones, y períodos de crisis emocionales y económicas. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia. Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma. Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida. Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos”.

“Es saber hablar de sí mismo. Es tener coraje para oír un “no” hasta de aquellos a quienes aprecias. Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran”. “Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple, que vive dentro de cada uno de nosotros. Es tener madurez para decir ‘me equivoqué’. Es tener la osadía para decir ‘perdóname’. Es tener sensibilidad para expresar ‘te necesito’. Es tener capacidad de decir ‘te amo’. Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz… Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría y la paz”. “Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás más apasionado por la vida. Y descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta. Sino usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. ¡Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia. Jamás desistas…. Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible!”.

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