¿Recuerdas esto? Los partidos en el campo La Isla. Tu Escuela México. Los chapuzones en este río. Ha habido tiempo para recordar casi todo.
¡Hola, hola, amables lectores! Adonde se encuentren. Gracias por continuar con nosotros. Ahora más unidos en casa -como nunca antes- por lo que todos atravesamos.
Varias cosas han pasado en este confinamiento. Algunas de ellas, la comunicación más o menos nutrida entre parejas. En algún tramo de este tiempo, muchos lo han dedicado a recordar viejos tiempos con la esperanza que vendrán mejores.
VEAMOS
Corría 1975. Juana Francisca y Alejandro se casaban y uno de los regalos que se daban era el placer de ver películas en casa. Un televisor con los pocos canales que había. Ni pensar en Netflix, cable, internet y otras vainas.
No había los tales “apartados” que voluntariamente a “güe…” pedían hasta hace poco los novios. Y que seguirán pidiendo cuando -algún día- todo esto acabe.
Animados por la publicidad se compraron lo último en “tecnología”: una radiograbadora. Luego vendrían los regalos de familiares y amigos. Percoladora, vasijas, platos, cucharas, tazas, trapeadores, escobas, ollas, y un extenso arsenal casero.
¡Todo para ella! Él la felicitaba por su “suerte” de ser la que más recibió. ¡Pero para ser esclava de casa, limpiando y cocinando pend…! Ripostó la recién desposada. Primer round.
Sin duda, fueron ellas las que inventaron los famosos “apartados”. “La duda es la mala”, oigo decir por acá…
Otras parejas riñen por el estrés. Ya más tranquilos recuerdan sus tiempos de niñez y adolescencia. Batman y Robin, Tarzán, Santo “el enmascarado de plata”, Kalimán, Candilejas, las aventuras de un negrito llamado Memín Pinguín.
TODO CAMBIO
“Fíjate -contó Alejandro- con los amigos íbamos al mercado y por 5 centavos los leíamos “de cabo a rabo”. Después corríamos a jugar la potra en el campo La Isla y luego a bañar al río o al Vacilón.
Yo los compraba a 60 centavos, recordó ella. Los domingos con mis amigas paseábamos en La Leona y La Concordia. En casa leía Vanidades y Buen Hogar, añadió Juana.
Alejandro rememora. King Cobra las leyendas del Ninja valía L2.25 en 1979. Hasta hace poco se encontraba a cinco lempiras. Antes de esta cosa, en el parque Central y en los mercados capitalinos los coleccionistas se llevaban los pocos ejemplares que quedaban a 5 y las revistas a 10 lempiras.
Como todo cambió, hasta sus antiguos amigos de aquel entonces de niñez y adolescencia ya no se llaman igual. La que antes se nombraba Jessenia ahora es Jess, la que entendía por Lucrecia ahora es Lu, Jessica, es Je, Griselda, Gris.
Sigue con aquella compañerita de escuela llamada Pancracia ahora es Pan, Brenda ahora es Bre, Chefina es Che, Jovina, Jo (pero sin la h) Analgina, Nalg, José, Joseph.
Mario ahora es Ma, Pedro, Piter, Arturo, Arthur, Manuel, Manolo, Francisco, Frank. Aquel Jodelío del barrio ahora es que Jode, Pencorcio ahora en Penco. De hecho, Juana Francisca, la de nuestro relato, ahora es Johan a secas (cuídalo le vas a decir Francisca) y Alejandro es Ale…ven que todo cambió.
Y…
Y si sonreíste que bien, ya es ganancia ahora. Por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA en el pedregoso camino de un ya largo trajinar. Con la esperanza que tiempos mejores vendrán…
¡QUE DIOS NOS CUIDE A TODOS!
COMENTARIOS A: [email protected] y búscanos en FB )
Atención Oficina de Protección al Consumidor:
LA OTRA PANDEMIA: LOS PRECIOS A CUALQUIER PRECIO
Todos y cada uno de nosotros, de una u otra forma, hemos sido víctimas de esta maldita peste. A los problemas económicos -para citar una arista- se nos alargó la otra que ya estamos padeciendo desde hace mucho tiempo: la corrupción.
No solo de un sector gubernamental. Muchos otros se han aprovechado de todos los consumidores para hacer, hoy más que nunca, su agosto. Inflando a su libre albedrío los productos de la canasta básica.
La flamante Oficina de Protección al Consumidor debe actuar ya. No solo esté de nombre. No solo recorriendo supermercados y negocios grandes. Tomarse fotos que están trabajando.
Debe ir a barrios y colonias en donde pulperías y mercaditos están vendiendo a precios que les da la gana. En una y cualquier calle de estos alejados negocios, hay uno o tres mercaditos.
A solo 15 pasos usted encuentra el mismo producto a distinto precio que el fijado. No a menor. A mayor. Y muchos se niegan a dar factura.
El pueblo, que estamos con las bolsas vacías, salimos también con bolsas vacías. Con menos productos. Y estos esquilmadores haciendo feria de las necesidades primarias de la población sin que nadie los controle.
¿Están leyendo flamantes miembros de esta oficina? Actúen que para eso les sale el cheque fijo (no como a otros). Es fácil decir que hay que buscar dónde están más baratas las cosas.
Sepan que los aprovechados y malnacidos -como muchos políticos corruptos- también siguen haciendo de las suyas.
Solo falta que nos orine un perro dormido…
LA FRASE CUPIDA DE HOY:
“Frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida”. GABRIEL GARCIA MÁRQUEZ. (1927-2014). La soledad de América Latina. 1982.
