TURISMO DE MONTAÑA

ZV
/
30 de agosto de 2020
/
12:12 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
TURISMO DE MONTAÑA

EN Alemania, España, Estados Unidos y sobre todo en Italia, han encontrado un respiradero económico. El menos peligroso para el contagio. Se trata de la promoción y realización de un nuevo turismo de montaña, en donde habitan pocas personas, se respira aire puro y se disfruta de toda clase de panorámica visual.

Honduras, también, en un proceso de reapertura gradual, podría repotenciar este mismo tipo de turismo. De hecho nuestro país es quizás el que cuenta con mayores potencialidades turísticas en toda la región centroamericana. A pesar de la depredación sistemática de los bosques de hoja ancha y de los grandes incendios forestales en los pinares, existen varios parques naturales con variada biodiversidad. Todavía, por ejemplo, subsisten junglas en la margen derecha del río Patuca. No digamos en la riquísima zona del Río Plátano, entre Olancho y La Mosquitia, en donde se combinan la jungla, la selva y los reductos arqueológicos de la mítica y famosa “Ciudad Blanca”. También conocida, un tanto arbitrariamente, como la “Ciudad del Dios Mono”, habida cuenta que, en sentido contrario, predominan las figuras arqueológicas del jaguar.

Por otro lado, los paisajes de la sierra de Celaque no tienen parangón, tanto desde el punto de vista de la geología, como de los bosques de diversa estampa que proliferan en sus proximidades y en su centro mismo. Celaque es la montaña de mayor altitud en Honduras, que según los geólogos sigue creciendo o elevándose todos los años, desde el instante remoto en que emergió de las profundidades del mar. Sin embargo, es inconveniente que un solo individuo intente incursionar en la montaña, dada la presencia de jaguares hambrientos. Hace un par de años se extravió una muchacha solitaria y nunca se encontraron los restos mortales de ella. En tal sentido también es peligroso que alguien pretenda incursionar en la zona boscosa de Río Plátano, por lo espeso de la jungla y por el hervidero de serpientes venenosas. Lo recomendable es crear sobre la marcha una policía de montaña, con el fin proteger los bosques y la vida de los turistas.

La sugerencia anterior sería innecesaria si desde algunos hace algunos años se hubiesen aceptado y practicado las sugerencias de los analistas y expertos. Todavía hace falta introducir en las escuelas, colegios y universidades, cuando menos una asignatura de turismo, a fin de preparar a la población para que sepa atender a los visitantes extranjeros y a los mismos paisanos que se mueven de un lugar a otro. Sabemos que hay carreras de turismo y hostelería. Pero aquí se trata de preparar culturalmente a la población entera, utilizando, incluso, los medios de comunicación masiva. Esto supone un mayor control sobre las actividades ilícitas y peligrosas del narcotráfico que genera inseguridad.

Durante años hemos repetido que Honduras es tal vez el país con mayores potencialidades en este rubro. Pero son muy pocas las acciones públicas y privadas porque en nuestro país se le otorga preferencia al turismo de playa. Eso está muy bien para las Islas de la Bahía, Tela y Trujillo. Pero jamás para el resto del país. Uno de nuestros países hermanos ha canalizado muchas divisas extranjeras promoviendo los “aparta-hoteles” y el turismo de bosque y de montaña, con sus respectivas logísticas permanentes. Asimismo ha creado toda una infraestructura para pensionistas extranjeros, ya jubilados, que prefieren vivir en un país tropical. No podemos ni debemos darnos el lujo de seguir postergando las acciones culturales y logísticas para un rubro económico respecto del cual se ha demostrado que con el mismo varios países pueden prosperar. Hoy por hoy con el turismo de montaña.

Más de Editorial
Lo Más Visto