Hacia el Bicentenario

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11 de septiembre de 2020
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12:37 am
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Hacia el Bicentenario

Por: Juan Ramon Martínez

Con un pequeño grupo de compatriotas –Ernesto Gálvez, Livio Ramírez, Rubén Zepeda, Ena Betancourt y César Laínez– hemos estado trabajando cerca de tres años, preparando las jornadas con las cuales celebraremos el Bicentenario de la Independencia de Honduras y Centroamérica. A sugerencia de Adolfo Pacheco, asesor del ministro de Educación, pensábamos iniciar el lanzamiento en el mes de abril de este año, — en un acto popular, con invitados especiales–, en las Ruinas de Copán. No contábamos con el coronavirus y sus consecuencias. De forma que todas las actividades fueron postergadas.

Las ideas centrales, alrededor de las cuales gira la conmemoración que, pretendemos proyectarla hasta julio del 2023, que se cumple el bicentenario de la independencia absoluta, cuando nos separamos de México, son del orden siguiente. La primera idea es, que será una celebración en la que participaremos todos los hondureños, como hermanos que nos reencontramos, para festejar el cumpleaños a la madre común. La segunda es que los protagonistas principales, serán los municipios, representados por sus corporaciones municipales, las autoridades educativas, los profesores, los alumnos y los líderes de la localidad, quienes serán los que organizarán sus propias festividades. En segundo lugar, los municipios enviarán sus delegados a los departamentos para organizar –en forma democrática– los comités departamentales de conmemoración del Bicentenario. Y representantes de los departamentos, integrarán el gran Comité Nacional que tendrá como espacio central, la capital de la república. La única exclusión es, la de los políticos en campaña. Respetamos la política; pero en este caso, no queremos nada que nos distraiga de este acto en el que, la figura central es la Patria, la única que tenemos y la que debemos cuidar y respetar.

En tercer lugar, la conmemoración del Bicentenario, la queremos utilizar para reconstruir la memoria histórica colectiva, de forma que sepamos de dónde venimos, cuáles fueron las ideas de partida, los errores cometidos, las ideas buenas pero que no contaron con el respaldo suficiente, y los resultados alcanzados. Para ello, reconstruiremos archivos y bibliotecas, animaremos a investigadores y escritores, para que puedan escribir la Historia de Honduras –y de Centroamérica en cooperación con los demás pueblos y gobiernos de Centroamérica– para leer en la suave palma de la mano, las señales de la Patria. Por medio de libros de historia y geografía para el público en general, para estudiantes universitarios, los de secundaria, los escolares y los preescolares. Estamos convencidos que, si no se conoce a la Patria, es mucho más difícil amarla y defenderla como corresponde.

En cuarto lugar, queremos cultivar el espíritu crítico, –no para animar amarguras sobre lo que ocurrió y que no podemos cambiar– ni para justificar a los grupos victimistas que, no quieren que el país progrese y pueda crear bienestar y felicidad para todos los hondureños. Deseamos criticar para rectificar y avanzar, en dirección a dejar de ser “la cenicienta de Centroamérica”. Necesitamos mejorar nuestra capacidad de facilitar la acumulación primaria para permitir la inversión, aumentar la producción y la productividad para competir en los mercados, no vendiendo mano de obra barata, sino que productos de calidad. Para ello, buscaremos la forma para elevar el orgullo del hondureño; la confianza en sí mismo, y la capacidad de hacer amigos, buscando aliados para lograr objetivos que, no pueda lograr individualmente. Buscaremos, con una revisión profunda del sistema educativo, forjar nuevas generaciones con acerado carácter, fuerza y orgullo para entender que, la independencia no es un regalo de los que nos antecedieron, sino que una acción diaria, en la cual, los primeros que debemos serlo, somos los padres de familias, los jóvenes estudiantes, los empresarios y los políticos.

Finalmente, queremos dejar constancia, para las generaciones futuras, quienes fuimos los que conmemoramos el Bicentenario. Igual que el Obelisco — solo y abandonado– recuerda 1921, deseamos construir en Tegucigalpa “La Casa Valle”, en donde le rindamos homenaje al mejor de todos; un edificio para Biblioteca y el Archivo Nacional, un Museo Nacional y un Panteón de los Ilustres, en donde reposen los restos de los más distinguidos entre nosotros y haya espacio para, que los que lo hagan en futuro, entregando sus vidas honrando a Honduras, haciéndola una gran nación. Para lograrlo, necesitaremos el apoyo de todos, dándonos ideas, sugerencias y corrigiéndonos en los errores que cometamos. Los convocaremos oportunamente.

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