José Israel Navarro Carrasco
Coronel de Aviación ®
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Este es un adagio muy popular en la República Dominicana, que comúnmente se expresa cuando alguien o algunos se aprovechan de algo establecido en beneficio propio, colectivo o lo ignoran, pero se le aplica a otros obedeciendo lo establecido.
Hay que recordar que estamos en plena pandemia y es como una espada de Damocles, alzada sobre nuestras cabezas lista a caer debido al contagio, así como el rebrote de una reinfección sobre todos nosotros, el gobierno emitió varios PCM y ordenó al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER) que los ejecutara, con el fin de que se evitara lo más que se pudiera la transmisión del COVID-19, y se inició una vigilancia estricta sobre el cumplimiento de dichos PCM.
Desde el 13 de septiembre el CNE dio el banderillazo para las elecciones primarias, que serán dentro de seis meses, para que cada partido legalmente inscrito se preparara a nominar su candidato presidencial, cuya votación será a mediados del mes de marzo, de esta elección saldrá el nominado por el partido que competirá contra los de otros partidos.
Ya principiaron a salir en las concentraciones los postulantes, demostrando que tienen partidarios sin importar los PCM, la mayoría no usan el cubreboca, no guardan la distancia social y son más de 50 personas en las reuniones, haciendo caso omiso de los protocolos señalados, aumentando el riesgo del contagio y la propagación del virus, pero recientemente SINAGER les advirtió a los políticos que respeten los PCM emitidos o serán fuertemente multados.
Desde el inicio de la pandemia SINAGER estableció un protocolo sobre el velatorio y entierro de los que murieran a raíz del COVID-19, pero también se le aplicó a todo aquel que muriera de otras causas, con el fin de evitar las aglomeraciones en los velorios y en el entierro, todas las familias que desgraciadamente les ha tocado enterrar un familiar han obedecido las órdenes emanadas; recientemente se nos murió un hermano, de una enfermedad terminal y seguimos el procedimiento establecido muy a pesar nuestro, y solo pudieron entrar al cementerio 15 personas, quedando la mayoría de los familiares y amigos afuera del campo santo y ni siquiera hubo velorio, (tradición muy arraigada en nuestra población).
Hay varios ejemplos donde SINAGER se ha visto obligado a cerrar negocios por desobediencia al protocolo, como hizo con el Zonal Belén; cerró bares, discotecas, etc. etc., etc., todo lo que ocasionara aglomeración, además cada negocio debe tener sus medidas de bioseguridad.
Desde un principio SINAGER debería haber previsto o establecer un protocolo para estas concentraciones políticas y advertirles que si no seguían el protocolo serían fuertemente sancionados y no después del Jesús María.
No estoy en contra de los políticos, es parte de la democracia y creo que como está de moda la palabra reinventarse, este es el momento de que los políticos se reinventen con sus concentraciones, quizás gastarán más, porque la radio y la televisión se usarán más en la difusión de sus programas, lo mismo que las pancartas y medios escritos.
SINAGER deberá seguir los protocolos establecidos, considerando que: “lo que es igual no es ventaja”, estas próximas elecciones serán un termómetro a seguir para las generales si sigue la pandemia.
Los pueblos requieren de leyes a seguir para que exista un orden, el señor Presidente las emite, los entes son los responsables del cumplimiento.
