Network: Poder que mata (4-B)

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27 de febrero de 2021
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12:49 am
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Network: Poder que mata (4-B)

José María Leiva Leiva

 

En el artículo precedente, dijimos que “Network: Poder que mata”, dirigida por Sidney Lumet en 1976, se ha convertido con el paso de los años, en un filme de culto que no pierde vigencia alguna, especialmente por las extraordinarias piezas oratorias y las soberbias actuaciones de su cast protagónico, donde sobresale en todo momento Peter Finch, en la piel de Howard Beale, un carismático presentador del noticiero nocturno de la cadena televisiva UBS, y como leeremos letras abajo, la réplica que le hace Ned Beatty, encarnando a Arthur Jensen, el presidente de la compañía propietaria de la UBS.

 

¿Pero qué nos dice ahora Howard Beale al dirigirse a su tele audiencia? “¡Basta, basta, basta, basta! Escúchenme y presten atención, porque voy a hablarles de los malditos días que les ha tocado vivir. En este país cuando una compañía quiere hacerse con otra, simplemente compra la mayoría de acciones, pero antes tiene que notificarlo al gobierno. Así es como la CCA (Corporación de Comunicaciones de Estados Unidos) ha tomado posesión de la compañía que es dueña de esta cadena. Pero ahora alguien está comprando la CCA, alguien llamado Corporación de Fondos del Mundo Oeste, lo han notificado esta mañana”.

 

“Pero quién sabe qué diablos es la corporación de fondos del mundo oeste, es un consorcio de bancos y compañías de seguros que no están comprando para ellos la CCA, sino para otra entidad, y cuál es esa otra entidad, ah, no quieren decirlo, se lo ocultan a ustedes, lo ocultan al Senado, lo ocultan a la Federación, a la Prensa… qué se han creído. Quieren saber para quienes la están comprando la CCA, La están comprando para la Corporación de Inversiones de la Arabia Saudita, lo están comprando para los árabes… todos sabemos que los árabes controlan 16 mil millones de dólares en este país”.

 

“Poseen una parte de la quinta avenida, muchos inmuebles en Boston, y una parte del Puerto de Nueva Orleans, una zona industrial en Salt Lake City, son los accionistas mayoritarios del Hilton de Atlanta, y de la compañía agropecuaria de Arizona, y del Banco nacional de seguridad de California, y del banco de la Commonwealth de Detroit… o sea que en el Oeste Medio tienen que usar petróleo, Texaco y Mobile, están en todas partes, New Jersey, Luisiana, San Luis, Missouri. Y eso es lo que sabemos”.

 

“Pero hay mucho más de lo que no estamos enterados, porque todos esos dólares del petróleo árabe pasan por Suiza y Canadá, y por todos los bancos más importantes del país, pero ignoramos que es lo que ocurre con ese contrato de la CCA. Qué se proponen hacer con la CCA, los árabes nos han exprimido tantos dólares americanos que en estos momentos con nuestro propio dinero pueden comprar General Motors, IBM, ITT, ATT, Aceros USA y veinte compañías americanas más. Pero si ya casi son dueños de casi la mitad de Inglaterra”.

“Escúchenme, escúchenme maldita sea, los árabes nos están comprando, solo hay una cosa que puede pararles la marcha, ustedes, ustedes, así que, quiero que se levanten ahora, que se levanten de sus cómodos sillones, quiero que se levanten ahora mismo y vayan al teléfono, que suban a su coche y se dirijan a la oficina de telégrafos más  cercana. Quiero que todos ustedes manden un telegrama a la Casa Blanca, mañana antes de medianoche quiero que haya un millón de telegramas en la Casa Blanca, que los funcionarios no puedan moverse, que los telegramas les lleguen hasta el cuello, quiero que se levanten ahora mismo y que redacten un telegrama al presidente diciendo ¡estoy harto! ¡Estoy harto! ¡Y no voy a soportarlo más! no quiero que los bancos vendan mi país a los árabes, quiero que los tratos de la CCA se rompan ahora…Todos, ¡quiero que los tratos de la CCA se rompan ahora! Quiero…”. Y otra vez, cae derrumbado en la tarima del set.

 

Finalmente abordará temas vinculados con la democracia y la deshumanización. Juzgue usted: “Anoche vine aquí para pediros que os alzaseis y luchaseis por vuestra herencia, y lo hicisteis y fue maravilloso. Recibieron seis millones de telegramas en la Casa Blanca. Se paralizó la venta de la CCA a los árabes. El pueblo ha hablado y ha ganado. Fue una explosión de la democracia. Pero creo que eso ha sido todo, amigos. Este tipo de cosas no volverá a ocurrir, porque en el fondo de nuestras almas aterradas sabemos que la democracia es un gigante moribundo. Un concepto político enfermo y agonizante que se retuerce de dolor. No quiero decir que Estados Unidos haya dejado de ser una potencia mundial. Es el país más rico, más poderoso y más avanzado del mundo. Ni que los comunistas vayan a hacerse con el poder. Están más muertos si cabe. Lo que sí está acabada es la idea de que este gran país está dedicado a la libertad y al crecimiento del individuo. Es el individuo quien está acabado. Es el ser humano individual y solitario quien está acabado”.

 

“Estáis todos acabados, porque ya no vivimos en una nación de individuos independientes. Es una nación de 200 millones de seres transistorizados, desodorizados, blanqueados y totalmente innecesarios, tan reemplazables como los pistones de un motor. Ha llegado el momento de decir: ¿Es tan mala la deshumanización? Bueno o malo, es así. La gente se está volviendo humanoide, seres que parecen humanos y no lo son. El mundo entero. Somos el país más avanzado y llegaremos antes a eso. La gente del mundo entero está siendo fabricada en serie, programada, numerada y…”.

 

Y es aquí donde se hacen presentes las antológicas palabras de reclamo que le hace el referido Arthur Jensen (Ned Beatty), al decirle: Ha interferido con las leyes básicas del universo Sr. Beale. ¡Y no lo toleraré! ¿Está claro? Cree que solo detuvo un trato de negocios. No es así. ¡Los árabes se llevaron miles de millones de este país… y ahora deben devolverlos! ¡Son fluctuaciones, la variación de la marea, el equilibrio ecológico! Usted es un hombre viejo… que piensa en términos de naciones y personas. ¡No hay naciones, no hay personas! ¡No hay rusos! ¡No hay árabes! ¡No hay un tercer mundo! ¡No hay occidente! Sólo hay un sistema holístico, un sistema de sistemas. Sólo existe el dominio del dólar… vasto, enorme, interrelacionado, interactivo… y multivariable.

“Petrodólares, electrodólares, multidólares. ¡Marcos, Rin (Se denomina Reservas Internacionales Netas (RIN) al saldo de activos y pasivos internacionales de un país), rublos, libras y siclos (divisa de Israel)! Es el sistema monetario internacional el que determina… la vida de este planeta. ¡Ese es el orden natural de las cosas hoy en día! ¡Ésa es la estructura atómica… subatómica… y galáctica de las cosas hoy en día! ¡Y ha interferido… con las leyes básicas del universo! ¡Y tendrá que enmendarlo! ¿Me está entendiendo, Sr. Beale? Usted aparece en su pequeña pantalla de 21 pulgadas… y grita sobre Estados Unidos y la democracia. No hay Estados Unidos, no hay democracia. Solo existen IBM, ITT, AT&T… Dupont, Dow, Unión Carbide y Exxon”.

 

“Esas son las naciones del mundo de  hoy. ¿De qué cree que hablan los rusos en sus consejos de estado? ¿De Karl Marx? Sacan sus gráficos de programa lineal… teorías estadísticas, soluciones de costo mínimo… y evalúan las probabilidades de sus transacciones e inversiones… igual que nosotros. Ya no vivimos en un mundo de naciones e ideologías, Sr. Beale. El mundo es un conjunto de corporaciones… determinadas rígidamente… por los estatutos inmutables de los negocios”.

 

“El mundo es un negocio, Sr. Beale. Lo es desde que el hombre salió del lodo. Y nuestros hijos, Sr. Beale, vivirán… para ver ese mundo perfecto… en el que no hay guerras ni hambre… ni opresión ni brutalidad. Un grupo económico vasto y ecuménico… para quien todos los hombres trabajarán por una ganancia común… de la que todo hombre tendrá acciones… todas las necesidades cubiertas… las ansiedades calmadas… el aburrimiento eliminado. Y lo he elegido a usted, Sr. Beale… para predicar este evangelio”. Fin de las citas.

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